La historia de Lionel Messi en París fue breve pero intensa, marcada tanto por logros como por desencantos. Tras su llegada en agosto de 2021, el jugador argentino vivió una etapa con altibajos en el Paris Saint-Germain que dejó una huella difícil de borrar en la memoria de los aficionados y en su propia carrera.

Su paso por el club francés duró solo dos temporadas, pero durante ese período, Messi acumuló momentos de brillantez, reconocimientos y también confrontaciones con la hinchada y la dirigencia.

Desde su arribo al PSG, Messi fue un fichaje millonario, una inversión que buscaba no solo sumar goles y asistencias, sino también potenciar la imagen del club y de la Ligue 1 en el escenario mundial.

La transferencia, valorada en aproximadamente 50 millones de euros en la temporada inicial, fue un movimiento estratégico para consolidar a los parisinos como protagonistas en la Champions League.

Sin embargo, los resultados deportivos no acompañaron del todo, sobre todo en la Liga de Campeones, donde el equipo parisino no logró avanzar más allá de los octavos de final en ambas temporadas.

En su paso por París, Messi se encontró en un entorno diferente al que estaba acostumbrado: los cambios culturales, el idioma y la mentalidad del club generaron un desafío adicional.

La camiseta número 30, que le asignaron en reemplazo de su tradicional 10, fue un símbolo de las libras que tuvo que cargar, entre ellas la fricción con otros jugadores como Neymar Jr.

y Kylian Mbappé, quienes también marcaron épocas en el club. La tensión interna, las disputas por egos y las polémicas extradeportivas colorearon su experiencia en París.

A pesar de los contratiempos, Messi dejó una huella innegable, con 32 goles y 34 asistencias en 75 partidos. Pero la frustración más profunda vino de los fracasos en la Champions League, que le cerraron la puerta a la máxima competencia continental en varias ocasiones, especialmente en las eliminaciones ante equipos con entrenadores con roles cercanos o métodos más convencionales.

Su rendimiento en Francia fue acompañado por la conquista de la Copa América en 2021, un torneo que elevó su legado y ratificó que, fuera del Barcelona, también podía ganar títulos con Argentina.

La victoria en Brasil fue crucial para su historia personal, dejando atrás una sequía de trofeos que parecía eterna.

El distanciamiento con el PSG fue en parte por las diferencias internas y en parte por decisiones personales. En agosto de 2023, Messi expresó públicamente que no se sintió cómodo en París, admitiendo que su deseo original siempre fue continuar en Barcelona, aunque las circunstancias le llevaron a apostarlo todo en la capital francesa.

Su salida del PSG estuvo marcada por polémicas y un respaldo tibio por parte de la directiva, que no tardó en criticar su postura tras declaraciones que cuestionaron el ambiente y la gestión del club.

La suspensión de dos semanas tras faltar a un entrenamiento para atender compromisos comerciales en Arabia Saudita fue uno de los episodios que avivaron las ondas de tensión.

Ahora, en 2024, el Mundial de Clubes en Atlanta será la oportunidad perfecta para ver a Messi en acción nuevamente, pero esta vez en un enfrentamiento que tiene todos los condimentos de una revancha.

El partido programado para el domingo a las 13:00 (hora argentina), transmitido por DAZN y DSports, enfrentará al PSG contra su ex club en una situación inusual y llena de historia.

El encuentro promete ser un espectáculo, con miles de fanáticos viajando desde EE.UU., México y Centroamérica para presenciar en vivo el encuentro. La ciudad de Atlanta, conocida por su cultura deportiva y su pasión por el béisbol y el fútbol, también experimenta semanas de preparación para recibir a estas dos potencias del fútbol mundial.

El escenario es el Mercedes Benz Stadium, un coloso que en los últimos tiempos ha vibrado con partidos de fútbol y eventos internacionales. La expectativa es máxima, ya que por primera vez Messi enfrentará a un equipo para el que jugó, aunque con recuerdos muy distintos a los que dejó en su etapa en España y Argentina.

En definitiva, este reencuentro deportivo en Atlanta trasciende lo futbolístico: es la historia de un jugador que, en su recorrido, ha enfrentado obstáculos, desilusiones y triunfos, y que ahora busca cerrar su ciclo en París con un episodio memorable en la cancha mundial.

La previa está cargada de morbo, pasión y la certeza de que, independientemente del resultado, quedará en la memoria como uno de los duelos más emocionantes en la historia reciente del fútbol internacional.