El golfista Anthony Kim, tras años de lucha personal, celebra su regreso al deporte y comparte su historia de superación frente a las adicciones.

Anthony Kim, un golfista de Estados Unidos de ascendencia coreana, destacó durante su carrera en el PGA Tour como una de las promesas más brillantes del deporte.

Con solo 23 años, fue clave en la victoria de Estados Unidos en la Ryder Cup de 2008 y alcanzó el puesto número 6 en el ranking mundial. En ese mismo año, ya contaba con dos triunfos en el circuito: el Wells Fargo Championship y The National, ganados de forma impresionante. Sin embargo, su trayectoria se vio interrumpida por una serie de desafíos personales que lo llevaron a un prolongado alejamiento del golf.

A sus 39 años, Kim ha regresado, pero su retorno al deporte no solo se debe a cuestiones competitivas. En un reciente testimonio, compartió su intensa lucha con las adicciones y el sufrimiento emocional que enfrentó en la última década, un periodo que describió como uno de profundo dolor y búsqueda de sentido.

Reconoció que durante años su vida había sido un completo caos, y a pesar de su éxito en el golf, había llegado a pensar en el suicidio.

"Me volví tan bueno ocultándolo que perdí quién era", confesó Kim en redes sociales, añadiendo que había necesitado medicación diaria para 'adormecer el dolor' que sentía.

La foto que acompañaba su post revelaba las pastillas que tomaba, una representación visual de su oscura batalla interna. Este año, Kim celebra dos años de sobriedad, un hito que considera el más importante de su vida. "Apenas podía caminar durante la rehabilitación y necesitaba la ayuda de mi entrenador", compartió con emotividad, destacando la importancia del apoyo familiar en su proceso de recuperación.

Kim hizo su debut en el PGA Tour en 2006 durante el Valero Texas Open y rápidamente capturó la atención del mundo golfístico. Sin embargo, su trayectoria dio un giro inesperado cuando una lesión en el tendón de Aquiles, sufrida en 2012, lo obligó a retirarse del golf competitivo.

Aquella etapa estuvo marcada también por problemas emocionales que culminaron en un inevitable colapso. Un médico habría llegado a advertirle: "Puede que no te quede mucho tiempo", frase que quedó grabada en su mente y que se convirtió en un momento decisivo para buscar ayuda.

Durante su largo camino hacia la recuperación, Kim enfrentó múltiples altibajos, provocados en gran parte por decisiones equivocadas en su vida privada y profesional.

Su amor por su hija, Isabella, fue un motivador clave para su regreso. "Lo único que me importa es mi hija", reafirmó Kim en una reciente entrevista. El proceso de rehabilitación, que abarcó tanto lo físico como lo emocional, le permitió redescubrir su propósito y, con ello, se ha convertido en un referente de esperanza para quienes atraviesan situaciones similares.

Kim también está trabajando en un documental que narrará su vida, con la intención de inspirar a otros y ofrecer apoyo a personas en crisis. "Lo que me sucedió no lo deseo a nadie, pero ahora estoy aquí para ayudar", concluyó, reafirmando que su verdadero objetivo tras este regreso es brindar esperanza y motivación a quienes luchan contra las adicciones o problemas emocionales.

Su historia no solo habla de golf, sino de la capacidad de levantarse y reconstruirse tras la adversidad.