La estrella mundial de la gimnasia Simone Biles visitó Buenos Aires en el marco del reconocimiento de la ciudad como Capital Mundial del Deporte 2027. Durante su corta estadía, brindó una clínica en Parque Roca, ante miles de jóvenes deportistas argentinos y de otros países, dejando una huella imborrable en la comunidad deportiva local.

Una tarde llena de emociones y magia vivió el mundo del deporte argentino en el estadio Mary Terán de Weiss, ubicado en Parque Roca, en un evento que se convirtió en uno de los momentos más memorables del año.

La estrella estadounidense de la gimnasia, Simone Biles, visitó Buenos Aires en el marco del reconocimiento internacional que la designa como la Capital Mundial del Deporte 2027.

La visita, que incluyó una clínica con entrenadores y jóvenes gimnastas, atrajo a cerca de 9,000 personas, principalmente niñas y adolescentes que llegaron desde distintos puntos del país y de países vecinos como Paraguay, Uruguay y Brasil.

Desde horas tempranas, la afluencia de público fue impresionante. Muchas niñas vestidas con uniformes escolares o ropa deportiva, llevando banderas y carteles, formaron largas colas para obtener un lugar en el estadio.

La expectativa se sentía en el aire, y la tensión crecía conforme se acercaba la hora de la llegada de la deportista, quien a las 18:00 apareció en el escenario principal luciendo un atuendo negro y zapatillas plateadas, perfecta como siempre.

Aunque en esta ocasión no realizaría saltos ni piruetas, su presencia encendió la entusiasmo en todos los presentes.

El evento comenzó con un cálido recibimiento y aplausos estruendosos, acompañados del saludo de Simone, quien mostró su carácter afable y divertido.

La gimnasta, que con 11 medallas olímpicas —siete de ellas doradas— y 30 títulos mundiales, es considerada la atleta más condecorada en la historia de la gimnasia, expresó su sorpresa por el cariño recibido en Argentina.

"No sentía tanto afecto ni había visto una multitud así desde los Juegos Olímpicos", señaló con una sonrisa.

Durante su participación, Simone compartió enseñanzas y consejos con las jóvenes deportistas, ayudando en ejercicios en los aparatos y brindando palabras de motivación y aliento.

La entrenadora Laurent Landi también participó en la clínica, intentando coordinar a las niñas mientras Simone transmitía su experiencia. Muchas niñas, entre las edades de 8 a 12 años, mostraron entusiasmo y sorpresa cuando la múltiple campeona les preguntó en inglés por sus habilidades o por sus sueños olímpicos.

Las pequeñas, que a veces no entendían todas las expresiones, asentían con una sonrisa y embelesamiento.

A lo largo de la tarde, Simone se mostró accesible y cálida, hablando con las jóvenes y oficinando como una mentora ejemplar. "Son fuertes y lindas, sigan así", fue uno de sus mensajes de apoyo. Cuando las pequeñas lograban realizar un movimiento o un salto, Simone las checaba, las felicitaba y les decía ‘¡Bien hecho!’, estimulándolas a seguir perfeccionando sus habilidades.

En el cierre del evento, se produjeron intercambios de preguntas y respuestas entre la gimnasta y las asistentes argentinas, quienes aprovecharon la oportunidad para conocer más de su historia y sus secretos de entrenamientos.

Simone respondió con sinceridad, recomendando perseverancia, dedicación y el cuidado tanto del cuerpo como de la mente. "El camino es difícil, pero con esfuerzo y constancia pueden alcanzar sus metas", les aconsejó.

Antes de partir, Simone recibió varios reconocimientos. La ciudad de Buenos Aires le entregó la Llave del Parque Olímpico, símbolo de su reconocimiento y respeto por su trayectoria. Además, las autoridades le entregaron camisetas del seleccionado argentino de fútbol y un kit con regalos de la Confederación Argentina de Gimnasia y la Federación Metropolitana, incluyendo una camiseta del equipo nacional y productos típicos argentinos.

El evento concluyó con una coreografía en agradecimiento de las gimnastas argentinas y con la despedida de Simone, quien dejó un mensaje en español diciendo “Gracias, Buenos Aires”, que fue ovacionado por todos.

La visita de Biles no solo fue una oportunidad para que las jóvenes deportistas aprendieran de una de las mejores gimnastas del mundo, sino que también sirvió para impulsar los valores del esfuerzo, la perseverancia y la inclusión a través del deporte.

Es importante destacar que, en términos económicos, la participación de una atleta de su calibre tiene un valor estimado en aproximadamente 55,000 euros.

Este costo incluye honorarios, logística, seguridad y otros gastos operativos, lo que refleja la magnitud y el impacto que tiene una visita de esta magnitud para reforzar la importancia del deporte en la cultura argentina y mundial.