El pasado 10 de junio, en un encuentro disputado en Reggio Emilia, la selección italiana logró una victoria importante al derrotar a Moldavia por 2-0, asegurando así sus primeros puntos en las eliminatorias para la Copa del Mundo de 2026.

Este triunfo no solo representa un paso positivo para los Azzurri en su camino hacia el torneo mundial, sino que también marca la despedida del entrenador Luciano Spalletti, quien anunció que dejará su cargo después de este partido.

La historia reciente de Italia en las eliminatorias no ha sido fácil. Tras un comienzo desafortunado con una derrota de 3-0 en Noruega la semana pasada, el equipo se encontró en una posición complicada en el Grupo I, que también incluye a Noruega, Estonia y otros rivales.

La derrota en Noruega fue particularmente dura, ya que significó un mal inicio en la clasificación para un torneo que Italia no ha perdido en muchas décadas.

Sin embargo, en su último partido, los goles de Giacomo Raspadori y Andrea Cambiaso permitieron que el equipo cerrara el ciclo con una nota positiva.

El técnico Spalletti, que estuvo al mando del equipo nacional durante menos de dos años, fue informado antes del partido que no continuaría en su cargo.

Aunque su salida fue motivada por los resultados recientes y el bajo rendimiento en las eliminatorias, muchos hinchas y expertos reconocen que Spalletti dejó una huella importante en el equipo, y que su compromiso y pasión por el fútbol italiano fueron evidentes en cada partido.

A pesar de la victoria, Italia sigue en una posición delicada en la clasificación, ya que acumula solo 9 puntos, situándose a nueve puntos de Noruega, que lidera el grupo tras cuatro victorias en cuatro partidos, gracias a un gol de Erling Haaland en su último enfrentamiento.

Con solo la primera de cada grupo clasificándose automáticamente para el Mundial, y los segundos lugares y playoffs determinando quién asistirá al torneo, Italia deberá mejorar su rendimiento en los partidos venideros.

Este proceso de clasificación ha estado lleno de altibajos para los italianos, que buscan regresar a la máxima cita mundialista tras su ausencia en las ediciones de 2018 y 2022, donde fueron eliminados en la fase de repesca por Suecia y Macedonia del Norte, respectivamente.

La historia del fútbol italiano, con seis títulos mundiales, hace que la presión por retornar a la máxima competencia sea aún mayor.

En otro frente, en la misma jornada, Bélgica logró una victoria dramática ante Gales con un gol decisivo de Kevin De Bruyne en el minuto 88, en un partido que estuvo marcado por la recuperación del equipo belga, que había estado perdiendo 3-0 en los primeros 30 minutos.

De Bruyne, que se prepara para abandonar el Manchester City tras diez temporadas, podría recalar en el Nápoles, según informes en Reino Unido. La selección galesa, por su parte, mostró una notable recuperación y dejó buenas sensaciones a pesar de la derrota.

Por otro lado, Croacia se impuso 5-1 a la República Checa en un partido donde Luka Modric, de 39 años, anotó uno de los goles, ayudando a su equipo a reducir la diferencia en la clasificación del Grupo L.

Croacia, que solo ha jugado dos partidos en la fase de clasificación y ha ganado ambos, se posiciona ahora a solo tres puntos de su rival checo. En otros encuentros, Gibraltar estuvo muy cerca de obtener su primer punto en las eliminatorias, pero cayó 2-1 ante las Islas Faroe en un partido disputado el 10 de junio.

Este ciclo de clasificación mundialista continúa siendo una montaña rusa para las selecciones europeas, en un contexto donde las sorpresas y los resultados inesperados son la norma.

Italia, con su historia gloriosa, busca reencontrarse con la clasificación después de dos ciclos frustrantes, mientras que países como Bélgica y Croacia intentan consolidar su camino hacia el torneo en Norteamérica.

La competencia está más reñida que nunca, y solo el tiempo dirá quiénes serán los que finalmente asegurarán su boleto a la Copa del Mundo de 2026.