Durante el partido entre Lanús y Fluminense en Río de Janeiro, se registraron disturbios y represión policial contra hinchas argentinos en el estadio Maracaná, en un episodio que revivió antiguos conflictos en los vuelos internacionales de aficionados sudamericanos.

Cada vez que los hinchas argentinos viajan a Brasil para apoyar a sus clubes, se repiten escenas de conflicto y violencia en los recintos deportivos. Este martes, 24 de septiembre de 2025, fue el escenario del estadio Maracaná en Río de Janeiro, donde los aficionados de Lanús fueron reprimidos duramente por las fuerzas policiales durante el descanso del enfrentamiento contra Fluminense, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana.

Este tipo de incidentes no son nuevos en la historia del fútbol sudamericano. En varias ocasiones, la relación entre los hinchas argentinos y las autoridades brasileñas se ha caracterizado por enfrentamientos y políticas de control que en muchas ocasiones terminan en violencia.

Una de las situaciones más recordadas ocurrió en noviembre de 2023, cuando Emiliano 'Dibu' Martínez se enfrentó a la policía en el mismo estadio, intentando detener la represión a los aficionados argentinos.

El episodio ocurrido este martes tuvo una duración aproximada de 35 minutos en los cuales, según testimonios, la Policía brasileña usó gases lacrimógenos, balas de goma y golpes para dispersar a los hinchas.

Los seguidores de Lanús, con claras muestras de enojo y frustración, se enfrentaron cuerpo a cuerpo con las fuerzas de seguridad en un sector donde estaban también las familias de los futbolistas, quienes en su momento pidieron a los árbitros que se detuviera el juego por la escalada de violencia.

En el entretiempo, los jugadores del 'Granate' intentaron llegar hasta la zona donde se encontraban sus hinchas, incluso llegaron a intentar traspasar las vallas de protección, pero fueron detenidos por los policías, que no dudaron en usar la fuerza.

Las imágenes de los disturbios dieron la vuelta al mundo y generaron una ola de críticas hacia las autoridades brasileñas, recordando hechos similares protagonizados por hinchas argentinos en otros estadios internacionales.

Lo ocurrido en Río ha revivido episodios como los disturbios en la final de la Copa Libertadores entre Boca y River o las agresiones a hinchas de Argentinos y San Lorenzo en distintas tantas ocasiones.

La historia del fútbol sudamericano está marcada por estos enfrentamientos, en los que los hinchas suelen ser las principales víctimas de una violencia que, en muchas ocasiones, es alimentada por la tensión entre las aficiones y las fuerzas policiales.

A pesar de toda la violencia, los seguidores del 'Granate' lograron celebrar la clasificación a las semifinales tras el gol de Dylan Aquino y un cabezazo de Germán Cano que fue final decisivo.

Sin embargo, los incidentes en Río dejan en evidencia la necesidad de mejorar los protocolos de seguridad y promover un fútbol donde prime la convivencia y el respeto mutuo.

Este tipo de episodios también tienen un impacto económico, ya que los gastos en seguridad, controles y atención médica pueden alcanzar cifras elevadas.

En euros, se estima que en total, los incidentes y la represión policial en estos eventos representan gastos que superan los 50.000 euros, una cifra que podría ser aún mayor si se suman los daños materiales y las multas.

El fútbol sudamericano continúa enfrentando desafíos en materia de seguridad y convivencia. La historia nos recuerda que, si bien el deporte une a millones de personas, también requiere que las instituciones y las autoridades tomen medidas para evitar que la pasión se sifra en violencia y enfrentamientos que empañan la esencia del juego.