El conjunto platense sufrió una derrota en Brasil, pero con una mejora en la segunda mitad y un gol en los últimos minutos mantiene vivas sus posibilidades en la serie de cuartos de final de la Copa Libertadores.
El partido disputado en el mítico Estadio Maracaná de Río de Janeiro dejó a Estudiantes de La Plata con un sabor agridulce, tras caer 2-1 frente a Flamengo en los cuartos de final de la Copa Libertadores de 2025.
La diferencia en el marcador fue rápida y contundente, pero el conjunto argentino supo reaccionar en la segunda mitad y mantiene intactas sus esperanzas de avanzar a las semifinales.
Desde el inicio del encuentro, Flamengo mostró su intención de tomar el control del juego. En apenas 15 segundos, Pedro, la estrella del equipo local, sorprendió con un disparo que terminó en el fondo de la red tras una mediavuelta precisa dentro del área.
La rápida anotación dejó trastocado a Estudiantes, que sintió el impacto en su confianza y le costó encontrar su juego.
La presión de Flamengo no disminuyó y, solo ocho minutos después, Ayrton Lucas logró ampliar la diferencia tras un centro desde la banda izquierda, enviando un pase preciso al segundo palo, donde Guillermo Varela culminó con una volea impecable, dejando a los argentinos con un desafío aún mayor.
En ese momento, parecía que el marcador sería una goleada, una situación que no se experimentaba desde los distintos enfrentamientos históricos entre clubes sudamericanos.
Los minutos siguientes evidenciaron la dificultad de Estudiantes para desenvolverse en un escenario dominado por un Flamengo muy moldeado tácticamente, que controlaba los tiempos y limitaba las posibilidades de gol del conjunto platense.
La posesión de balón favoreció claramente al equipo carioca, que se esforzaba en mantener la doble ventaja. Sin embargo, con el ingreso de Gastón Benedetti en el segundo tiempo y el cambio de estrategia de Eduardo Domínguez, el equipo argentino empezó a sentirse más cómodo en el campo.
A partir de ese momento, Estudiantes logró recobrar parcialmente el control del encuentro, plantándose más en territorio rival y generando algunas oportunidades de peligro, aunque sin la suficiente profundidad para concretar.
La expulsión de Gonzalo Plata por doble amarilla a falta de ocho minutos fue un golpe que, en realidad, revitalizó a los platenses, que aprovecharon la situación para presionar con más intensidad.
En el minuto 84, Guido Carillo consiguió el tanto que dio esperanza a los argentinos. Tras un buen centro al área, definió de cabeza y convirtió el descuento, dejando el marcador 2-1. Aunque todavía restaban minutos para buscar la igualdad, el resultado refleja una mejoría notable con respecto a la primera parte y mantiene viva la ilusión de seguir en carrera.
Este enfrentamiento forma parte de una historia que remonta décadas, en las que clubes sudamericanos han protagonizado duelos épicos en la Libertadores, una competición que desde sus inicios en 1960 ha sido escenario de grandes gestas y leyendas.
La revancha, que se disputará en La Plata el próximo jueves, será decisiva para determinar qué conjunto avanza a las semifinales.
Para los hinchas de Estudiantes, el resultado en Brasil significa una oportunidad para seguir soñando, recordando aquellos momentos históricos en los que el proceso de recuperación y el espíritu de lucha lograron remontar obstáculos en competiciones internacionales, como sucedió en la década del 60 y en más recientes campañas en las que el club defendió con garra su sitio en la elite sudamericana.
La serie todavía está abierta y la próxima semana será crucial para definir quién avanza hacia las semifinales de una de las copas de clubes más prestigiosas del continente.