Carmen Corozo, madre del futbolista ecuatoriano Moisés Caicedo, emocionó a los presentes en Guayaquil al ingresar al campo para entregarle la pelota a la autoridad arbitral antes del inicio del encuentro entre Ecuador y Argentina, creando un momento lleno de significado y emotividad.
En un acto que quedó grabado en la memoria de quienes estaban presentes y en la transmisión internacional, Carmen Corozo, la madre del mediocampista ecuatoriano Moisés Caicedo, protagonizó un instante lleno de simbolismo en la previa del partido entre Ecuador y Argentina, correspondiente a la séptima jornada de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026.
La escena ocurrió minutos antes del inicio del encuentro en el Estadio Monumental de Guayaquil, cuando Corozo ingresó al campo de juego con paso cansado pero lleno de emotividad, para entregar la pelota al árbitro principal, Wilmar Roldán, colombiano.
La acción fue vista por más de 50 mil espectadores en el estadio y por millones a través de la transmisión internacional.
Con una presencia que reflejaba sacrificio y orgullo, la madre del futbolista se acercó al círculo central, entregó el balón y saludó respetuosamente a los integrantes del cuerpo arbitral, recibiendo una ovación unánime del público local.
Luego, en un acto que emocionó a todos, se fundió en un cálido abrazo con su hijo, que no pudo esconder la lágrima en su rostro. La escena no fue solo un acto protocolar, sino una muestra del amor y apoyo incondicional que Carmen Corozo ha brindado a Moisés a lo largo de su vida y carrera.
La historia de Corozo, originaria de Santo Domingo, refleja un profundo espíritu de lucha. Cuando Moisés Caicedo era niño, su madre vendía flores, caramelos, además de lavar ropa, para sostener a sus diez hijos. A lo largo de los años, su esfuerzo fue reconociendo frutos, especialmente tras la llegada de Caicedo a la élite internacional del fútbol, actualmente en el Chelsea de Inglaterra.
En declaraciones públicas, Moisés ha reconocido que su madre fue fundamental en su crecimiento profesional y en la superación de obstáculos, y que uno de sus mayores sueños siempre fue darles una mejor calidad de vida a su familia.
En 2023, el mediocampista sorprendió a Corozo al recrear en el campo, junto a ella, una escena simbólica de sus inicios, tras su presentación en el Chelsea.
En aquella ocasión, Caicedo vendía velas y flores en la calle para ayudar a su familia, unos hechos que ejemplifican su sacrificio y determinación. El acto de esta semana en Guayaquil se convirtió en un homenaje público a todas las madres que, desde el anonimato, acompañan en silencio los sueños y esfuerzos de sus hijos deportistas.
El partido en sí fue memorable, con Lionel Messi titular en Argentina y Caicedo en la alineación inicial de Ecuador, tras superar molestias físicas.
Sin embargo, el resultado del encuentro quedó en un segundo plano frente a la emotividad del momento previo, que simboliza la fuerza del apoyo familiar en el deporte.
La historia de Corozo, como la de muchas madres latinoamericanas, refleja la lucha constante y la esperanza que impulsa a millones en la región. Hoy, ese acto simple pero lleno de significado quedó marcado en la memoria de quienes presenciaron ese instante único en el fútbol sudamericano.