Una mirada a la programación de partidos del fútbol argentino y las dificultades que enfrentan los hinchas para regresar a casa tras los encuentros.
La organización del calendario del fútbol argentino es una labor complicada que requiere una cuidadosa planificación para evitar la superposición de partidos.
Este aspecto es crucial para que las transmisiones en vivo no interfieran entre sí, lo que también tiene un impacto en la logística proporcionada por los organismos de Seguridad.
Los clubes, además, buscan horarios que les permitan un adecuado tiempo de recuperación entre un partido y otro. En este sentido, la Asociación de Futbolistas Argentinos (FAA) logró implementar, hace algunos años, que no se programen partidos antes de las 17:00 horas durante los meses de calor estival.
Por lo tanto, cuando se construyen los calendarios, se contemplan múltiples variables, incluida la participación en torneos como la Copa Sudamericana, Libertadores o la Copa Argentina.
Sin embargo, el resultado a menudo es que los encuentros se inician en un día y terminan en el siguiente, o concluyen cerca de la medianoche.
Estos horarios problemáticos representan un desafío para los hinchas, especialmente aquellos que dependen de transporte público. En el conurbano bonaerense, muchas líneas de tren concluyen sus servicios cuando los partidos aún se están jugando, lo que deja a muchos aficionados en situaciones incómodas, esperando transporte hasta altas horas de la madrugada.
La situación se agrava en lugares como Santiago del Estero, donde los aficionados albergados en el Estadio Madre de Ciudades se enfrentan a la falta total de transporte público a cualquier hora del partido.
Ya han sido 27 los encuentros en lo que va del torneo Apertura que han culminado cerca de la medianoche, con otros 16 programados en fechas futuras que se espera que caigan en el mismo rango horario.
Este encadenado de problemas se hace evidente cuando se observa quién toma las decisiones sobre el cronograma de partidos. La Liga Profesional de Fútbol (LPF) es la responsable de diseñar el calendario, pero sus decisiones requieren del consenso de varios actores que incluyen a los clubes, los organismos de seguridad y las cadenas de televisión como ESPN y TNT, que tienen la última palabra sobre los horarios de transmisión.
Mientras que la LPF se enfoca en optimizar la audiencia televisiva y la satisfacción de los espectadores que no asisten al estadio, las necesidades de los hinchas que viajan a los partidos parecen quedar relegadas.
A modo de ejemplo, Racing ha comenzado partidos a la medianoche en múltiples ocasiones, y aunque sus hinchas no se han quejado formalmente, se reconoce que el choque de horarios es un problema generalizado.
En contraste, en Córdoba, el Ministerio de Seguridad articula acciones con las municipalidades para asegurar que haya una adecuada oferta de transporte, reforzando las líneas antes y después de los encuentros, lo que muestra un enfoque más amigable hacia los hinchas.
A medida que los clubes y la LPF continúan con estas dinámicas, sería ideal que los directivos y responsables del fútbol argentino consideraran no solo los ratings de las transmisiones, sino también la satisfacción y seguridad de los aficionados que hacen un esfuerzo por asistir a cada partido.
En última instancia, el bienestar de los hinchas debe ser una prioridad para la organización del fútbol profesional en el país.