La situación del arbitraje en el fútbol argentino es crítica, con protestas de árbitros y cuestionamientos a la AFA. Un reporte sobre la actual crisis y su repercusión en el deporte.

El arbitraje en el fútbol argentino está atravesando uno de sus momentos más difíciles y muchas voces se alzan para afirmar que se encuentra en su peor crisis histórica.

Cada fin de semana se observan errores evidentes de los árbitros que afectan a diferentes equipos en todas las divisiones que componen la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

La situación es especialmente preocupante en la Liga Profesional, donde la implementación del VAR, que debería minimizar los agravios, parece no estar dando los resultados esperados.

El error humano en el deporte es un tema recurrente y comprensible; así como un arquero puede dejar escapar un balón, los árbitros también pueden cometer fallos.

Sin embargo, hay errores que son tan flagrantes que generan incredulidad en los aficionados hacia quienes deben garantizar la justicia en el fútbol. A medida que esta crisis se intensifica, las reacciones no se han hecho esperar. Este viernes, un grupo de árbitros convocados por el Sindicato de Árbitros de la República Argentina (SADRA) se reunió frente a la sede de la AFA, en la calle Viamonte, bajo el lema "Firmes, libres y honestos", en un acto donde se cuestionó la situación del arbitraje bajo la dirección de Federico Beligoy.

La manifestación está dirigida no solo a la AFA como institución, sino especialmente a Claudio Tapia y Pablo Toviggino, presidente y tesorero de la entidad.

Este cuestionamiento se origina en la designación de Beligoy como Director Nacional de Arbitraje en 2018, una decisión que se tomó poco después de que Tapia asumiera su cargo.

Desde entonces, Beligoy también ha ocupado la posición de Secretario General de la Asociación Argentina de Árbitros (AAA), creando un claro conflicto de intereses al ser juez y parte en la situación.

Los manifestantes argumentan que esta dualidad de roles ha llevado a una serie de represalias que buscan marginar al SADRA y favorecer a ciertos árbitros en detrimento de otros.

Según Norberto Wollkopf, una figura prominente del sindicato, ha habido presiones para que los árbitros renuncien a su afiliación con el SADRA, haciéndoles creer que de no hacerlo no tendrán futuras designaciones.

Esta coerción laboral ha sido catalogada como extorsión.

Desde la AFA, sus representantes defienden que los árbitros que han sido excluidos de las listas de designación lo han sido porque no cumplen con los requisitos para dirigir en la máxima categoría, como estar en condiciones físicas óptimas.

En este contexto, los árbitros que se manifestaron contaron con el apoyo de seccionales de todo el país, desde Tucumán hasta Buenos Aires.

Entre los asistentes, se encontraban diez árbitros que ganaron un juicio por "discriminación laboral" contra la AFA, lo que costó a la entidad aproximadamente 210 millones de pesos (alrededor de 1.1 millones de euros) considerando indemnizaciones y otros gastos asociados. Este panorama complicando aún más la relación entre los árbitros y la AFA, y aunque se ha establecido un mandato judicial que obliga a la AFA a asegurar al menos dos designaciones para cada árbitro, el conflicto parece lejos de resolverse.