Cuando el árbitro uruguayo Andrés Matonte pitó el final del partido con un empate a 1-1 en el marcador, el silencio invadió el estadio. La tensión era palpable, pues el resultado significaba la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores por medio de una tanda de penales.

Históricamente, River Plate ha tenido dificultades en estas definiciones desde su última victoria en 2019 frente a Cruzeiro en Belo Horizonte. Desde entonces, el equipo argentino ha pasado por varias eliminaciones en fases decisivas, incluyendo los cuartos de final en 2021 y 2023, y las semifinales en 2023.

El encuentro fue un reflejo de la intensidad que caracteriza a la competencia sudamericana. El equipo paraguayo, Libertad, se mostró valiente y sin miedo a la presión. Sin embargo, los hinchas de River, que en momentos anteriores en el partido habían tenido una actitud tibia, lograron despertar y darle un nuevo impulso a su equipo.

La afición, que habitualmente es considerada una de las más apasionadas del continente, hizo sentir su apoyo con cánticos y una hinchada que empezó a cantar con fervor cuando el equipo argentino estuvo en apuros.

El partido estuvo marcado por la igualdad del marcador y las decisiones tácticas, con Nacho Fernández abriendo el marcador para River y Recalde poniendo el empate para Libertad, este último al rematar al palo.

Luego, en la tanda de penales, tanto Franco Armani como otros jugadores demostraron un nivel notable, pero fue Armani quien se consagró como figura clave al atajar en el penal decisivo, enviando a River a la siguiente fase.

El arquero, uno de los elementos más críticos a lo largo de su carrera en las definiciones desde el punto penal, expresó su emoción tras el partido.

Armani, que acumula más de 30 atajadas en su carrera en esta modalidad, agradeció a sus compañeros y a la afición por el apoyo en momentos difíciles.

"Este partido fue muy duro. Después del primer gol, nos costó mucho levantarnos, especialmente con un jugador menos. La pasión y la fe en el equipo nos permitieron seguir luchando. La tanda de penales era una prueba más de nuestra fuerza mental. Nos merecíamos pasar, y con esto hemos dado un paso importante, aunque sabemos que todavía queda mucho por mejorar," afirmó.

La clasificación a los cuartos de final representa un alivio para River, que en los últimos años ha sufrido derrotas en fases decisivas. La última victoria en penales, antes mencionada, fue en 2019, y desde entonces, la suerte en estas instancias no estaba de su lado. Sin embargo, estas victorias en definiciones por penales parecen marcar un punto de inflexión y fortalecen la confianza del equipo en momentos clave.

Por su parte, el técnico y el plantel sabían que aún deben esforzarse mucho si desean avanzar en la competencia, especialmente enfrentando a rivales como Palmeiras, que actualmente es uno de los favoritos y pesa en la altura de Brasil.

La experiencia de Armani en estas definiciones será crucial en los encuentros venideros, y la forma en que el equipo supo sobrellevar la presión puede ser un factor decisivo en próximos desafíos.

Este logro, además, ha llenado de esperanza a la afición, que sueña con que este años sea el de una posible conquista internacional. La historia reciente de River muestra que, tras momentos de adversidad, el espíritu de lucha y la unión pueden hacer la diferencia. Desde la hinchada que animó sin cesar hasta los jugadores que batallaron en cada minuto, todos contribuyeron a que esta clasificación sea motivo de celebración y reflexión para el futuro cercano del club.

En definitiva, a pesar de los obstáculos y la historia que pesa en sus espaldas en definiciones por penales, River Plate ha demostrado que con trabajo, apoyo y un poco de suerte, puede seguir soñando con la gloria en la Copa Libertadores.

La emoción y el esfuerzo de Armani y sus compañeros quedarán en la memoria, y ahora, solo queda pensar en los próximos desafíos que el camino les depara.