La Selección Argentina Sub 20, dirigida por Diego Placente, enfrenta a Colombia en las semifinales del Mundial en Chile, en busca de volver a una final luego de 18 años. El técnico ha implementado métodos innovadores para formar tanto a futbolistas como a personas, en medio de una competencia que recuerda a los mejores momentos del fútbol juvenil nacional.

Diego Placente apuesta por un estilo de liderazgo diferente en la dirección técnica de la Selección Argentina Sub 20, marcado por la calma, la humildad y la serenidad, en contraste con los gestos histriónicos que a veces predominan en el mundo del fútbol.

Este enfoque ha sido comparado con el de Lionel Scaloni, actual entrenador de la selección mayor, quien también ha promovido un estilo basado en la sencillez y la conexión con los jugadores.

Desde su asunción el pasado 26 de noviembre de 2024, en reemplazo del histórico Javier Mascherano, Placente ha logrado transformar a un grupo de jóvenes que se autodenominan 'familia', logrando consolidar una identidad fuerte dentro del plantel.

La idea de cohesión y convivencia en el predio Lionel Andrés Messi, en Ezeiza, ha sido fundamental para potenciar la confianza y la unión del grupo.

En poco más de un año, ha conseguido que los jugadores no solo mejoren en habilidades futbolísticas de cara al Mundial en Chile, sino que también desarrollen valores y una mentalidad de equipo.

Este proceso, que algunos califican como pilar fundamental del éxito de Argentina en este torneo, se ve reflejado en el rendimiento de los equipos, que han ganado sus cinco partidos iniciales con autoridad y claridad, posicionándolos como fuertes candidatos a obtener una séptima estrella en esta categoría que tanto prestigio tiene en Sudamérica.

Una de las particularidades de la preparación del combinado juvenil fue el regalo de cuadernos a cada uno de los 21 convocados. Este detalle, que parece simple, simboliza una vuelta a las metodologías de otros tiempos. En la tapa del cuaderno, diseñada por El Niño Rodríguez, ilustrador de Clarín, aparece la frase: "Primero lo crees. Después lo creas", acompañada por un dibujo de un niño con una pelota y una mano sosteniéndolo, en referencia a la autoestima y la confianza en el talento propio.

Además, algunos jugadores recibieron libros de cuentos de fútbol, una iniciativa que ya había sido implementada en el Mundial Sub 17 de Indonesia en 2023.

Este tipo de herramientas busca fomentar en los jóvenes futbolistas una identidad sólida, alejada del ego y centrada en el crecimiento personal y profesional.

Juli Rubinstein, esposa de Placente y quien ha estado muy cercana a la gestión del equipo, fue quien compartió en redes sociales la historia detrás de estos regalitos.

En su publicación, destacó que más allá de los resultados, la intención era que los jugadores puedan escribir y reflexionar sobre quiénes son cuando no están en el spotlight, promoviendo valores de humildad y autoconocimiento.

Este enfoque humanista y formativo tiene raíces profundas en la historia del fútbol argentino, que siempre ha puesto énfasis en el desarrollo integral del jugador, no solo en la técnica, sino también en su carácter.

La figura de Pekerman, quien dirigió a Argentina en varios mundiales juveniles y consolidó un modelo basado en la formación de personas antes que en los resultados, es un referente para la actualidad.

El camino de Argentina en el Mundial Sub 20 en Chile ya tiene antecedentes históricos. La última vez que logró una clasificación a la final fue en 2007 en Canadá, donde conquistó su segundo título en esta categoría. La rivalidad con Colombia es histórica; en 2003, el equipo cafetero venció a Argentina en el tercer puesto, y en 2005, Argentina se quedó con la clasificación a cuartos tras un triunfo que incluyó a figuras como Lionel Messi.

Para la semifinal, Placente no podrá contar con Maher Carrizo, debido a su acumulación de tarjetas amarillas, ni con Valente Pierani, lesionado. En sus lugares ingresarán Ian Subiabre y Juan Villalba. Por el lado colombiano, la ausencia será de Neiser Villarreal, máximo anotador del equipo en los últimos partidos, y del defensor Carlos Sarabia, ambos suspendidos.

Argentina buscará regresar a una final mundialista luego de 18 años, cuando en 2007 conquistó el título en Canadá. La final, en caso de avanzar, podría ser contra Francia, otro equipo con una rica historia en el fútbol juvenil.

Este Mundial en Chile representa no solo un desafío deportivo, sino también una oportunidad para consolidar un modelo de formación que prioriza el crecimiento humano y la preparación integral.

La trayectoria de Diego Placente al frente del equipo y la mentalidad que han sabido construir en estos meses, promete escribir un capítulo importante en la historia del fútbol juvenil argentino, con la esperanza de volver a dominar en esta categoría y dejar un legado que trascienda los resultados inmediatos.