El Mundial 2022 ha impulsado significativamente el desarrollo del fútbol juvenil en Qatar, promoviendo cambios en la formación de sus jóvenes talentos y reflejando un proceso de crecimiento que presenta similitudes con Argentina, país con una rica historia en el deporte rey.

El Mundial 2022 en Qatar ha marcado un punto de inflexión en la cultura futbolística del país, particularmente en lo que respecta a la formación de sus jóvenes talentos.

Pedro Verde, entrenador argentino que actualmente trabaja en las inferiores del club Al Arabi en Doha, explica cómo la pasión por el fútbol se ha incrementado exponencialmente desde la máxima competencia mundial.

Verde, quien tiene experiencia en clubes argentinos como Estudiantes de La Plata y en academias de referencia como Aspire, señala que la influencia del Mundial ha generado un cambio profundo en la mentalidad de los niños y adolescentes qataríes.

Antes del torneo, Qatar ya había comenzado a invertir en el desarrollo de su fútbol juvenil, con programas destinados a formar jugadores de diferentes edades.

Sin embargo, la presencia de estrellas internacionales en su tierra, sobre todo la figura de Lionel Messi levantando la copa en el Lusail, sirvió como catalizador para que los jóvenes se volcaran aún más a la práctica del deporte.

La fiebre Messi y Cristiano Ronaldo traspasó las pantallas, convirtiéndose en ejemplo de superación y ambición para los niños de la península arábiga.

Este fenómeno también impactó en la infraestructura de transporte y en la integración social de los jugadores. Verde explica que, antes del Mundial, los clubes tenían sistemas de buses para transportar a los jugadores a los entrenamientos, pero ahora muchos de los chicos prefieren ir en bicicleta o acompañados por sus padres, dado el auge de la afición.

Además, la participación internacional ha permitido que surjan talentos provenientes de distintas partes del mundo, superando así las limitaciones locales y promoviendo un mestizaje fútbolístico.

Es importante destacar que el desarrollo del fútbol en Qatar no solo se enmarca en el aspecto técnico, sino también en la formación integral. En el país hay un fuerte énfasis en la educación y en los valores deportivos. Los clubes priorizan los estudios, suspendiendo entrenamientos durante los períodos de exámenes, y promoviendo una carrera equilibrada entre academia y deporte.

La estructura de formación está diseñada para que los talentos tengan un crecimiento controlado y sostenido.

Este proceso es comparable con la historia del fútbol argentino, reconocido mundialmente por producir algunos de los mejores jugadores de la historia, como Diego Maradona y Lionel Messi, quienes comenzaron en clubes formativos con altísimos estándares de calidad.

La pasión, la técnica y el sacrificio son valores que se transmiten desde las inferiores argentinas y que ahora también comienzan a arraigar en Qatar, con el objetivo de crear su propia generación de cracks.

Pedro Verde destaca que si bien en Argentina los jugadores adquieren experiencia en la cancha y en competencias de alto nivel desde muy jóvenes, en Qatar el proceso exige una mayor inversión en las bases, debido al clima y las condiciones distintas.

Muchos niños empiezan a jugar en edades más grandes, enfrentándose a dificultades como la falta de espacios en la calle y una alimentación que aún no alcanza los estándares internacionales.

En este contexto, los entrenadores trabajan en enseñar habilidades básicas que para los argentinos son habituales, como cabecear o realizar saques laterales correctamente.

Con la llegada de figuras como Hermes Desio, quien se integró en febrero de 2023 como coordinador en Al Arabi, los servicios de entrenamiento se han modificado para fomentar la competitividad, agresividad y intensidad en los jóvenes futbolistas.

Un aspecto crucial en el desarrollo de la próxima generación en Qatar es la prioridad del deporte en la formación académica. Los jugadores que se preparan para exámenes escolares no participan en sesiones de entrenamiento, demostrando un compromiso con la educación que favorece un crecimiento más completo.

Aunque Qatar aún busca consolidar su propio estilo futbolístico, el impacto de la Copa del Mundo ha generado una inspiración que trasciende el momento inmediato, estableciendo las bases para un futuro prometedor en el fútbol qatarí.

La intención de las autoridades deportivas y los clubes es mantener vivo este espíritu, formando en los menores no solo futbolistas, sino personas comprometidas con su desarrollo integral.

En definitiva, tanto en Argentina como en Qatar, el Mundial ha funcionado como un espejo de lo que se puede lograr con inversión, pasión y disciplina en la formación de sus futuros futbolistas, apuntando a una evolución tangible en los próximos años.