El club argentino Lanús encara su tercer desafío en la final de la Copa Sudamericana, consolidando su imagen como un equipo competitivo y con mentalidad ganadora, respaldado por su capitán Carlos Izquierdoz y el técnico Mauricio Pellegrino.
Lanús, uno de los clubes históricos del fútbol argentino, se encuentra a punto de disputar su tercera final en la prestigiosa Copa Sudamericana, un torneo que ha puesto en el mapa internacional a este equipo que siempre ha demostrado una mentalidad fuerte y una gran capacidad de recuperación.
La historia del club data de principios del siglo XX, pero fue en la década de 2010 cuando Lanús alcanzó niveles de reconocimiento global, sobre todo tras su campeonato de la Liga local en 2016 y sus destacadas participaciones internacionales.
El actual plantel se encuentra confiado y motivado para afrontar la final contra Atlético Mineiro, un rival de jerarquía en el fútbol sudamericano.
El capitán Carlos Izquierdoz, uno de los referentes del equipo y pieza clave desde su llegada en 2013, manifestó en conferencia de prensa que el sentimiento del grupo es claro: 'Nos sentimos un equipo grande'.
La frase refleja la evolución de un club que desde sus categorías inferiores ha inculcado una mentalidad de desafío y ambición.
Izquierdoz, que en el pasado también tuvo paso por Boca Juniors, resaltó que el equipo afronta esta instancia con más experiencia y madurez, pero con las mismas ganas y el hambre de crecer.
'Antes éramos jóvenes que salíamos a jugar sin miedo, y esa es la misma actidud que tenemos ahora. La diferencia es la experiencia y el saber que podemos superar cualquier obstáculo', afirmó.
El entrenador Mauricio Pellegrino, por su parte, comentó sobre el proceso del equipo: 'Hemos avanzado mucho desde nuestro debut en esta competición.
Perdimos un partido en Venezuela con un jugador menos, pero logramos sobreponernos y seguir adelante. La clave ha sido la mejora en lo futbolístico y en la mentalidad del grupo. Llegamos a esta final con mucha ilusión y con ganas de seguir creciendo'.
Pellegrino también destacó que el partido con Atlético Mineiro será estratégico y que ambos equipos poseen ideas claras de juego. 'La clave será hacer un buen comienzo y adaptarnos rápidamente a las condiciones del clima y del campo. Los pequeños detalles pueden marcar la diferencia en una final', dijo. Además, el técnico reconoció la calidad del rival y la jerarquía de su plantilla, pero aclaró que el trabajo del equipo es la prioridad para poder imponerse en el célebre partido.
Carlos Izquierdoz comentó sobre la preparación del equipo y la respuesta de los hinchas: 'Vienen demostrando su ilusión hace días. La caravana que hizo el hincha de Lanús para apoyarnos en todos lados es emocionante. Esto motiva mucho y queremos devolver esa pasión conquistando la copa'. La pasión de la afición granate es uno de los factores que impulsa al equipo en partidos decisivos y en este tipo de instancias.
Históricamente, Lanús ha llegado en ocasiones a instancias decisivas y ha logrado levantar trofeos importantes, consolidándose como un referente del fútbol argentino en competencias internacionales.
La final que afronta ahora, contra un equipo con fuerte presencia en la liga brasileña y con jugadores de reconocimiento internacional, representa una oportunidad definitiva para dejar huella y sumar su tercer título en esta competición.
El club confía en su historia, en la experiencia de sus jugadores y en la fortaleza del grupo para afrontar este desafío. La experiencia y el carácter que han demostrado en partidos anteriores los hacen optimistas de cara a una definición que promete ser emocionante y llena de intensidad, en la que Lanús buscará agregar un capítulo más a su legado en el fútbol sudamericano.