En un día que pasará a la historia del Mundial de Clubes, Auckland City logró un empate memorable 1-1 frente a Boca Juniors, en un partido que estuvo lleno de sorpresas y contratiempos.

El encuentro, disputado en el Geodis Park, en Nashville, Estados Unidos, estuvo marcado por una serie de eventos climáticos que provocaron múltiples interrupciones, incluyendo una suspensión de casi dos horas por relámpagos en la zona.

A pesar del caluroso día, con temperaturas que alcanzaron los 34 grados Celsius (aproximadamente 93 grados Fahrenheit), la afición de 16,899 espectadores se mantuvo apasionada.

La tensión comenzó desde temprano, cuando Boca Juniors se adelantó en el minuto 26, gracias a un error defensivo que aprovechó Lautaro Di Lollo, cuyo remate tocó en un poste y rebotó en el arquero Nathan Garrow, entrando en propia puerta.

Los argentinos dominaban el marcador y parecían encaminados a una victoria que los clasificaba, pero la resistencia de Auckland City no se dejó vencer.

La igualdad llegó en el minuto 52, en un córner de Jerson Lagos que fue rematado de cabeza por Christian Gray, quien supo aprovechar un error defensivo para poner las tablas en el marcador.

Sin embargo, el partido fue suspendido en el minuto 54, cuando una tormenta eléctrica obligó a detener el juego en medio de la tensión por parte de los jugadores y el público.

Supuestamente, en otros partidos del torneo, las suspensiones por tormentas han sido comunes. Por ejemplo, el enfrentamiento entre Ulsan y Mamelodi Sundowns en Orlando fue retrasado en su inicio por 65 minutos, y el encuentro entre Salzburg y Pachuca en Cincinnati se detuvo en el minuto 54, permaneciendo interrumpido durante 97 minutos.

En East Rutherford, el duelo entre Palmeiras y Al Ahly se detuvo por 50 minutos en el minuto 62. La jornada del día anterior en Orlando también estuvo marcada por una suspensión de más de dos horas en medio del descanso.

Mientras tanto, en el torneo, Benfica logró clasificarse en primer lugar del Grupo C tras vencer 1-0 a Bayern Múnich, en un partido que también sufrió interrupciones por el clima.

Auckland, con un rendimiento histórico, fue completamente superado en tiros a puerta, con 40 disparos frente a solo 3 de los neozelandeses, y el arquero Nathan Garrow realizó 10 salvadas en un esfuerzo heroico.

En cuanto a la actuación de los equipos europeos y sudamericanos, supuestamente París Saint-Germain, con figuras como Khvicha Kvaratskhelia y Achraf Hakimi, venció 2-0 a Seattle Sounders y avanzó a los octavos de final del torneo.

La jornada también estuvo marcada por decisiones polémicas, como la anulación de un gol de Boca Juniors en el minuto 59 tras revisión por mano del mediocampista Kevin Zenón, lo que generó controversia entre los aficionados y analistas.

El técnico de Boca, Miguel Ángel Russo, expresó tras el partido: “Goes without saying that we will continue working as soon as possible” (Supuestamente, continúa el trabajo para mejorar).

Por su parte, Christian Gray, capitán de Auckland City, manifestó: “Estoy simplemente feliz. Ha sido un viaje difícil, con resultados complicados, pero siento que merecemos esto. Espero que recuperemos el respeto que nos fue esquivo en el torneo”.

Este empate, sumado a los resultados de otros partidos, dejó a Boca Juniors en la tercera posición del grupo con solo dos puntos, mientras que Auckland sumó su primer punto en la competencia, a pesar de haber sido ampliamente superado en tiros y en ocasiones de gol.

La eliminación de Boca, considerada una de las favoritas, sorprendió a muchos analistas, quienes señalan que las condiciones climáticas y la intensidad del partido jugaron un papel decisivo.

En definitiva, esta jornada del Mundial de Clubes será recordada por su imprevisibilidad y las múltiples interrupciones, demostrando que en el fútbol, las sorpresas siempre están a la vuelta de la esquina, incluso en los escenarios más esperados.

Presuntamente, el torneo continuará con más partidos llenos de intensidad y posibles giros inesperados en los próximos días.