El club Quilmes enfrenta una difícil situación en la Primera Nacional, con bajos resultados y amenazas violentas de su barra. La derrota contra Los Andes incrementa la tensión y el riesgo de descenso.

La situación del club Quilmes en la Primera Nacional Argentinea ha alcanzado niveles preocupantes en los últimos días. Con solo 30 puntos tras 26 fechas en la Zona A, el equipo del Sur del Gran Buenos Aires navega en aguas turbulentas, ubicándose a cinco puntos del descenso y a solo seis unidades de clasificar al Reducido por el ascenso.

La campaña del Cervecero ha sido ampliamente por debajo de las expectativas, sumando solo siete victorias, nueve empates y diez derrotas en lo que va del torneo.

Estos resultados los sitúan en una posición delicada, enfrentando el riesgo concreto de bajar a la Primera B Metropolitana.

Este escenario se ha visto agravado por un reciente episodio de violencia que ocurrió tras el partido contra Los Andes, disputado en el estadio Eduardo Gallardón, hogar del Milrayitas.

El equipo, dirigido actualmente por Néstor Frediani y Ricardo Vendakis tras la salida de Aldo Duscher, sufrió una derrota por 1-0 con gol de Mauricio Asenjo.

Al regresar al club, el plantel fue recibido con una agresión por parte de un grupo de barras bravas, quienes los aguardaban en las inmediaciones del estadio.

Según videos grabados y difundidos en redes sociales, los agresores, encapuchados y con cánticos amenazantes, atacaron el micro del equipo, lanzándole todo tipo de proyectiles que rompieron varias ventanillas.

Los hinchas violentos también dejaron panfletos con mensajes intimidatorios, entre ellos: "Rescátense que nos vamos a la B" y "Jugadores mercenarios.

Si nos mandan al descenso, los mandamos al hospital". Estos escritos llevaban la firma de la barra del club, conocida como Indios Kílmes, que cerró con un mensaje de amenazas: "En Quilmes no se jode. Respeten la historia".

El incidente se ha sumado a una serie de problemas internos y sociales que afectan la estabilidad del club. Algunos hinchas también manifestaron su violencia lanzando piedras e insultando a los jugadores en los entrenamientos, en un contexto en el que el equipo suma cuatro derrotas en sus últimos cinco partidos.

La tensión en la hinchada refleja el mal momento deportivo y la ansiedad por la posible pérdida de categoría.

En términos históricos, Quilmes es uno de los clubes más antiguos del fútbol argentino, fundado en 1887, con una larga tradición y un importante lugar en la memoria de sus seguidores.

Sin embargo, en los últimos años, sus resultados y la lucha contra la violencia han puesto en jaque la tranquilidad del club. La amenaza de descenso a la Primera B Metropolitana se materializa en la clasificación actual, donde equipos como Alvarado, Arsenal, All Boys, Almagro y Ferro también pelean por evitar la zona de riesgo, con solo unos pocos puntos de diferencia.

La dirigencia del club y las autoridades deportivas están en alerta, intentando buscar soluciones para calmar los ánimos y evitar que la violencia se traduzca en hechos aún más graves.

La situación en Quilmes pone en evidencia la necesidad de implementar medidas de seguridad más estrictas y promover el diálogo entre hinchas y dirigentes, para trabajar en conjunto por la recuperación del club y el bienestar de todos los involucrados.

Este episodio refleja también un problema estructural en el fútbol argentino, donde la pasión por la camiseta a veces se convierte en violencia, dañando la imagen del deporte y poniendo en riesgo la integridad de jugadores y cuerpos técnicos.

La esperanza sigue puesta en que Quilmes pueda revertir su mala racha deportiva y que, con el apoyo de sus seguidores en un marco de respeto, pueda escapar del descenso y retomar su senda de crecimiento y orgullo histórico.