A falta de cinco jornadas, la segunda categoría del fútbol argentino entra en su etapa decisiva con luchas abiertas por el ascenso y la permanencia, en un campeonato que promete intensas emociones.

Tras un largo proceso iniciado en febrero, la Primera Nacional del fútbol argentino se encuentra en el momento más crucial y apasionante de toda su temporada.

Solo quedan cinco fechas para el cierre del torneo y cada equipo tiene sus propios objetivos en juego: desde los que aspiran a subir a la Liga Profesional hasta los que luchan por asegurarse un lugar en la fase de reducción, y también los que enfrentan la amenaza del descenso a la segunda categoría.

El formato del campeonato sigue siendo similar a la Primera División: está dividido en dos zonas, pero con mayor cantidad de equipos, en total 36, distribuidos en dos grupos de 18 cada uno.

La competencia, que consiste en un torneo de todos contra todos y partidos de ida y vuelta, suma un total de 34 partidos en la fase regular. A día de hoy, solo restan cinco encuentros para definir quiénes serán los protagonistas del próximo capítulo.

Si el torneo terminara en este momento, los equipos que lideran sus respectivas zonas, Deportivo Madryn en la Zona A y Gimnasia de Jujuy en la Zona B, tendrían la clasificación asegurada a una final de ascenso en campo neutral.

El ganador de esta serie ascendería directamente a la Primera División, logrando un hito histórico. La historia de estos clubes aporta su propia narrativa: Deportivo Madryn, de la región patagónica, nunca ha logrado subir al fútbol de élite en Argentina, y una promoción en esta temporada sería un cambio radical.

Por su parte, Gimnasia de Jujuy, que tuvo recorridos destacados en los años 70 y 90 en la máxima categoría, actualmente busca retornar tras más de una década en categorías inferiores.

Por otra parte, en la lucha por la zona de reducido, los puestos que ocupan del segundo al octavo lugar en cada zona, se disputan en series eliminatorias que determinarán quiénes jugarán la fase final de ascenso.

Estos torneos eliminatorios, que consisten en partidos de ida y vuelta, intensifican la tensión en cada jornada, ya que un error puede arruinar las aspiraciones de ascenso.

El descenso, en cambio, presenta un panorama dramático especialmente en la Zona A, donde Ferro Carril Oeste se acerca peligrosamente a la zona de riesgo, estando a solo un punto de la línea de descenso tras su empate en un resultado que complicó aún más su permanencia.

En la parte baja de la tabla, Alvarado lidera la lista de los más vulnerables, con 42 puntos, y le siguen de cerca Arsenal y Güemes, ambos con 44 puntos, que en caso de igualar en puntos, tendrían que jugar un desempate para determinar su suerte.

En la Zona B, la situación es igualmente tensa, con la dupla de Gimnasia de Jujuy y Gimnasia de Mendoza a la cabeza, ambos con 54 y 55 puntos respectivamente.

La escuadra jujeña, que ha tenido historicamente un paso destacado en torneos nacionales y que en el pasado fue semifinalista en 1975, ve cada partido como una oportunidad para retornar a la máxima categoría.

En el extremo opuesto, Talleres de Remedios de Escalada, con apenas 17 puntos, y Defensores Unidos, con 19, están muy cerca de perder la categoría, en una lucha que han definido en los últimos años como