Análisis de la temporada 2025 en la Primera División argentina, que muestra una paridad sin precedentes entre clubes y un contraste notable con las ligas europeas.
Es posible que este 2025, al cierre del año, se haya registrado la mayor paridad en el fútbol argentino. Ya no resulta sencillo afirmar que exista un dominador claro, sino que la pelea por los puntos se extendió a lo largo de la mayoría de la temporada y varios equipos disputaron torneos con chances reales de título.
El análisis de la campaña señala que la paridad no fue solo un lema sino una realidad que se consolidó a partir de rendimientos sostenidos y decisiones estratégicas en mesas técnicas y en campo.
Este fenómeno se dio en un año con calendario intenso, en el que hubo torneos y copas que exigieron mantener la forma durante largos periodos, lo que terminó por mostrar una competencia de alto nivel pero con resultados relativamente parejos.
En ese marco, la paridad se identifica también como una consecuencia de la diversidad de estilos y de la dificultad de forzar diferencias permanentes en la liga local.
En Argentina, la acumulación de puntos no presentó a ningún equipo como un claro dominador frente a los demás, lo que contrasta con las grandes ligas europeas, donde ciertos clubes suelen amasar ventajas amplias tras largas series de encuentros.
En la Primera División, ninguno de los 30 clubes logró superar el 65 por ciento de puntos disponibles entre torneos y copas; solo tres escuadras superaron el 60 por ciento.
Rosario Central resultó campeón con un rendimiento del 65 por ciento, obtenido a lo largo de 37 partidos (20 victorias, 13 empates y 4 derrotas). Argentinos Juniors promedió un 63 por ciento (23 victorias, 11 empates y 8 derrotas) y Racing Club se ubicó en el 60 por ciento (30 victorias, 9 empates y 16 caídas).
Estos datos confirman un año en el que la supremacía de siempre se difuminó a favor de un grupo mayor de contendientes que mostraron consistencia sin permitir que ninguno se imponga por encima de los demás de forma aplastante.
El resto de los campeones y de los grandes protagonistas de la temporada presentaron trayectorias diversas: Platense cerró con un 42 por ciento de puntos, Vélez Sarsfield con 44 por ciento e Independiente Rivadavia finalizó con 47 por ciento.
En la clasificación final, Estudiantes de La Plata, campeón del Clausura y del Trofeo de Campeones de la Superliga, terminó la tabla anual en el puesto 15, mientras que Platense ocupó la posición 22.
Estas cifras refuerzan la idea de que la paridad es una constante de este ciclo del fútbol argentino, no una excepción puntual.
Si se comparan los grandes de otros grandes circuitos, la historia es distinta: en las cinco ligas principales de Europa y en Brasil, se observa que al menos un equipo supera el 70 por ciento de los puntos disponibles.
En España, el Barcelona alcanzó un 77 por ciento y el Real Madrid un 71; en Francia, el PSG logró 78 por ciento; en Alemania, el Bayern Múnich alcanzó 73; en Italia, el Napoli rondó el 70; y en Inglaterra, el Liverpool promedió 73 por ciento.
En Brasil, Flamengo también se destacó con un rendimiento cercano al 73 por ciento. Estos datos subrayan la dispersión de la ventaja en distintos horizontes y contrastan con la realidad de Argentina.
Los protagonistas técnicos y las piezas que fortalecieron a los equipos muestran el pulso de la temporada. En el plano profesional, el fútbol argentino mantiene una dinámica que exige esfuerzo sostenido y que favorece la competencia entre varias instituciones.
En paralelo, el mercado de fichajes y de valor de jugadores, que en la región se negocia en rangos de decenas de millones de euros para los nombres de mayor proyección, se mantiene como un factor decisivo para configurar planteles y aspiraciones para las próximas campañas.
En este contexto, la paridad se ve potenciada por un conjunto de condiciones que hacen que cada año sea distinto, y que nadie puede garantizar un dominio absoluto a priori.
En síntesis, la temporada 2025 deja claro que la paridad no es un simple discurso, sino una realidad que podría impulsar cambios en la forma de competir y planificar a futuro, tanto en Argentina como en otros grandes mercados.
El desenlace de esta historia se irá escribiendo en las próximas campañas, cuando las directivas, los entrenadores y las nuevas generaciones de jugadores tomen decisiones que pueden alterar ese equilibrio observado en 2025.