En preparación para la temporada 2026, el Club Atlético Boca Juniors inició un proceso de restructuración en su plantilla profesional, que incluye la salida de varios jugadores.

Aunque los rumores sobre la posible partida de Frank Fabra y la posible llegada del exjugador de River Plate, Miguel Ángel Borja, acapararon los titulares, hay otro futbolista que deja la institución tras permanecer diez años ligado a ella: Nazareno Solís.

El oriundo de Campana, Buenos Aires, ha tenido una trayectoria que ha trascendido las fronteras argentinas, pasando por clubes como Villa Dálmine y la Universidad de Chile antes de llegar a Talleres de Córdoba.

En esta última, destacó en la B Nacional, donde anotó ocho goles y sumó ocho asistencias en 24 partidos, demostrando su talento y despertando interés en clubes de mayor prestigio.

En 2016, Guillermo Barros Schelotto decidió incorporar a Solís al plantel de Boca Juniors, junto a otros refuerzos como Ricardo Centurión y Sebastián Pérez.

El delantero expresó en ese momento su entusiasmo: "Estoy cumpliendo un sueño, es un salto muy importante en mi carrera. Muy pocos tienen la oportunidad de jugar en el club del cual uno es hincha".

Sin embargo, su paso por La Bombonera fue breve y marcado por la falta de oportunidades. En la temporada 2017, disputó apenas cuatro partidos en la Superliga, en los que pasó 100 minutos en cancha. En ese breve período, enfrentó a clubes como Temperley, Colón y Patronato, y aunque intentó destacarse, no logró marcar goles y solo asistió en dos ocasiones a Darío Benedetto.

Dado su escaso tiempo de juego, Solís fue cedido a préstamo a diferentes clubes, empezando por Huracán, donde tampoco pudo consolidarse. A lo largo de los años, su carrera se convirtió en una serie de cesiones a equipos como San Martín de San Juan, Aldosivi, OFI Creta de Grecia, Alvarado, Patronato, Gimnasia de Mendoza y Deportivo Madryn.

El paso por Deportivo Madryn ha sido el más estable para Solís, quien continuará en el club hasta diciembre de 2026. Tras un año en el que fue pieza clave para el equipo, con 37 partidos y cinco goles en total, la directiva adquirió su pase de manera definitiva. En su tiempo en el club, jugó en la Primera Nacional, ayudando en la pelea por el ascenso aunque sin éxito en las finales.

Consciente de que su corazón sigue ligado a Boca, Solís reconoció que la falta de oportunidades en La Ribera y las constantes cesiones llevaron a su decisión de seguir su carrera en Madryn, donde encontró estabilidad y la posibilidad de seguir creciendo.

Su historia refleja las dificultades que enfrentan muchos futbolistas en su camino hacia la consolidación, a menudo siendo relegados por decisiones de club o por las altas expectativas generadas al inicio de su carrera.

A lo largo de estos años, Nazareno Solís ha demostrado su pasión por el fútbol y su deseo de superarse, y ahora busca dar un paso adelante en su trayectoria jugando en un club donde se siente valorado y con la esperanza de lograr mayores logros en el futuro.