El director técnico argentino Frank Darío Kudelka, con una trayectoria marcada por clubes históricos y un estilo de trabajo basado en el esfuerzo silencioso, intentará coronar su carrera en la máxima división del fútbol argentino dirigiendo a Huracán en la final del campeonato. Con una carrera que comenzó en clubes del ascenso y que no incluye experiencia como futbolista profesional, Kudelka ha demostrado ser un arquitecto del juego con su propio método, caracterizado por una presión alta y mucho trabajo en el día a día.
En el panorama de los entrenadores del fútbol argentino, pocos nombres generan la misma atención que el de Frank Darío Kudelka, a pesar de que su presencia en los medios no sea constante ni atrayente con frases llamativas.
La carrera de Kudelka ha sido un camino silencioso pero sólido, con un perfil caracterizado por la paciencia, el trabajo metódico y una idea clara del juego que busca transmitir a sus equipos.
Este viernes, el entrenador de 63 años llegará a Santiago del Estero junto a su plantel de Huracán, con un objetivo inédito en su carrera: ganar el torneo de Primera División y agregar un logro de gran prestigio a su currículum.
Aunque aún no cuenta con un título en la máxima categoría, Kudelka se ha consolidado como un técnico con una visión propia del fútbol, construyendo y reformando planteles con una actitud reservada y una estrategia bien pensada.
Su historia en el fútbol es notable considerando que nunca fue futbolista profesional. Comenzó su carrera en 1987 en el club 9 de Julio Olímpico de Freyre, Córdoba, en roles relacionados con la preparación física. Con el tiempo, su trabajo lo llevó a dirigir en diferentes clubes de barrio, en divisiones de ascenso y eventualmente en clubes históricos del fútbol argentino.
Su nombre aparece vinculado a equipos como Patronato, Lanús, Newell's Old Boys y también en el extranjero, en la Universidad de Chile.
Kudelka es especialmente reconocido por los hinchas de Unión, Talleres y Huracán. En Unión, se destacó por evitar el descenso en 2002 y por devolver al equipo a Primera en 2010. En Talleres, su paso fue memorable: tomó el club en el Federal A y encadenó dos ascensos consecutivos que lo llevaron a disputar la Copa Libertadores en 2018, un logro que marcó un hito en la historia de la institución cordobesa.
En su segunda etapa en Huracán, que inició en 2022, dirigió con resultados destacados, logrando la Copa Argentina en 2012 y dejando un legado de intensidad y orden.
Ahora, en su tercera etapa en ese club, busca la conquista del torneo local, una meta que representa un desafío personal y profesional.
El estilo de Kudelka apuesta por el ataque, pero con una flexibilidad táctica que se adapta a los recursos del plantel. Su preferencia es por la presión alta y la circulación de la pelota, con un juego que intenta asfixiar a los rivales, sin dejar de ser adaptable a diferentes situaciones.
Cuando su equipo no puede mantener ese esquema, recurre a replegarse y buscar espacios para lastimar en contragolpes.
Su filosofía se basa en que los equipos necesitan tener alma, un espíritu que se trabaja con confianza y esfuerzo diario, no con drones tecnológicos.
En sus pasos por diferentes clubes, ha promovido jóvenes y ha dejado huellas de compromiso y coherencia en cada propuesta.
Aunque en algunos momentos sus resultados no fueron los esperados, como en Newell’s o en Lanús, su visión de juego y su forma de trabajar le han ganado el respeto de la opinión pública y de sus propios futbolistas.
En Huracán, su objetivo es claro: que el equipo tenga tiempo, recursos adecuados y una gestión que le permita desplegar su fútbol.
El domingo, en Santiago del Estero, Kudelka estará en el centro del escenario, esperando que su equipo logre una victoria que le permita al club obtener su primer título de Primera en los últimos tiempos.
Será una oportunidad para que el entrenador argentino cierre un ciclo lleno de esfuerzo, estrategia y pasión, y demuestre que su método, aunque silencioso, puede producir grandes logros en la élite del fútbol nacional.