El conjunto mendocino de Gimnasia se coronó campeón y consiguió su regreso a la máxima categoría del fútbol argentino tras derrotar en penales a Deportivo Madryn en una final vibrante en Vicente López. La expectación y la historia del club hicieron de esta victoria un momento histórico.

En 1970, Víctor Antonio Legrotaglie se convirtió en uno de los símbolos más emblemáticos de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Con su talento desbordante, ayudó a consolidar la presencia del club en distintos campeonatos nacionales. A lo largo de los años, Gimnasia fue un equipo que mostraba una identidad fuerte, luchando siempre por encontrar su lugar en la élite del fútbol argentino.

Aunque Legrotaglie falleció el 30 de marzo del año pasado, su legado sigue vivo en la historia del club y en los corazones de sus aficionados.

Este sábado, la historia se volvió a escribir en Vicente López, donde aproximadamente 10.000 hinchas fueron testigos de un momento que quedará grabado en la memoria del fútbol mendocino y argentino. Gimnasia de Mendoza derrotó por penales a Deportivo Madryn tras empatar 1 a 1 durante los 120 minutos reglamentarios, logrando así ascender de categoría después de más de cuarenta años de espera.

El encuentro estuvo marcado por una gran tensión desde el inicio, con dos equipos que salieron a buscar el gol con intensidad. Gimnasia, con un estilo de juego paciente, con buena circulación de pelota y incursiones por las bandas, enfrentó a un Madryn que se mostró más directo y vertical, con la presencia de dos delanteros muy potentes: Germán Rivero y Luis Silba.

En los primeros minutos, ambos equipos tuvieron oportunidades claras. El arquero de Gimnasia, César Rigamonti, fue figura al desviar un remate desde la medialuna de Diego Crego, enviándolo al córner. El conjunto chubutense abrió el marcador a los 78 minutos, gracias a un preciso cabezazo de Luis Silba, quien aprovechó un centro de Nazareno Solís para poner a su equipo en ventaja.

La celebración en las tribunas fue contenida, pero en los minutos finales, Gimnasia no bajó los brazos.

La igualdad llegó en el tiempo agregado, cuando en una jugada polémica, un remate de Facundo Lencioni rebotó en el brazo de Alejandro Gutiérrez y el árbitro sancionó penal.

Lencioni convirtió, empatando el partido y forzando la definición en tiempo extra.

La prórroga fue intensa, con ambos equipos agotados y la lluvia como testigo del esfuerzo de los jugadores. Ninguno logró romper la igualdad, y las decisiones se dirigieron a la tanda de penales. Ahí, la figura de César Rigamonti fue decisiva, al atajar los remates de Federico Recalde y Nicolás Mana, mientras que Diego Crego, de Gimnasia, convirtió el penal que selló la victoria.

La final de este campeonato representa mucho más que un ascenso: es la reivindicación de un club que ha sido parte de la historia del fútbol argentino.

En 1974, Mendoza fue pionera en tener tres equipos en la Primera División, con Godoy Cruz, San Martín y Huracán de San Rafael, en un torneo que incluyó a 36 conjuntos.

En ese contexto, Gimnasia había tenido participaciones esporádicas y ahora, con esta conquista, reafirma su paso firme hacia la élite.

Este ascenso también despierta expectativas sobre el futuro del fútbol mendocino. La presencia de tres equipos en la máxima categoría, en caso de que se confirmen los ascensos, sería un fenómeno que no se replicaba desde hace casi medio siglo, potenciando aún más la historia y la tradición futbolística de Mendoza.

Con una considerable cantidad de hinchas celebrando en Vicente López, el club dio un paso fundamental en su historia. La emoción, la tensión y la pasión de esta final trascendieron más allá del resultado, destacando la importancia del fútbol como vehículo de identidad y orgullo local.

Este logro también llega en un momento en que el fútbol argentino busca revitalizarse, y clubes como Gimnasia de Mendoza muestran que el esfuerzo y la historia pueden dar frutos en los momentos más importantes.

La pasión de sus seguidores, la historia de sus jugadores y la historia del club en sí, convergieron en un día que será recordado para siempre en la región y en la historia del deporte argentino.