Tras la pérdida de Miguel Ángel Russo, su asistente Claudio Ubeda toma las riendas de Boca Juniors en un momento difícil para el club, buscando mantener la estabilidad y afrontar los desafíos deportivos que se presenten.
La reciente muerte de Miguel Ángel Russo ha marcado un momento de profunda tristeza y cambio en Boca Juniors. El reconocido entrenador, que dejó una huella importante en el club, falleció dejando un legado lleno de logros y momentos inolvidables en su carrera.
Russo no solo será recordado por sus éxitos en la conducción del equipo, sino también por la forma en que supo ganar el respeto y cariño de los jugadores, dirigentes y toda la afición.
Su paso por Boca fue caracterizado por su liderazgo y capacidad para afrontar momentos complicados, lo que le hizo merecedor de un lugar destacado en la historia del club.
En primer lugar, es importante destacar que Russo no estuvo solo en su gestión. A lo largo de su ciclo en Boca, contó con un equipo de colaboradores, entre ellos Claudio Ubeda, quien fue su asistente y uno de sus estrechos colaboradores.
El técnico rosarino, de 56 años, asumió como cabeza visible del cuerpo técnico tras la salida de Russo, cumpliendo con la voluntad de mantener la continuidad en la estructura del equipo, en línea con la confianza que Juan Román Riquelme, el presidente del club, siempre ha depositado en Ubeda.
El pasado lunes, inició formalmente el ciclo de Ubeda como entrenador principal, con Juvenal Rodríguez como su asistente, en una decisión que fue respaldada por la directiva y los jugadores.
Desde Boca confirmaron a medios deportivos que no se planean cambios en el staff, y que la intención es seguir en la misma línea que Russo, intentando mantener la estabilidad en un momento de transición difícil.
Claudio Ubeda tiene una trayectoria marcada por distintas experiencias, tanto en el fútbol argentino como en el internacional. Como jugador, fue reconocido por su paso por Huracán, consagrándose campeón en 2007, antes de retirarse. Como técnico, ha dirigido diferentes equipos, entre ellos Racing, donde fue campeón del Torneo Clausura en 2001, y tuvo su primera experiencia en la Primera División en el conjunto de Avellaneda.
Además, dirigió en Chile y en categorías formativas, dejando siempre una huella por su prepared y disciplina.
Su paso por Racing y otras instituciones le brindó conocimientos y experiencia que ahora puede aprovechar en Boca. En 2018, regresó al club como coordinador de las inferiores y posteriormente asumió interinamente como técnico del primer equipo. Aunque nunca había estado en una lista de posibles candidatos a la dirección técnica en primera línea, el contexto actual le ofreció la oportunidad de demostrar su capacidad.
Uno de los mayores desafíos para Ubeda será gestionar un vestuario cargado de estrellas, en un momento en el que los resultados y la estabilidad son clave.
Desde que asumió, ha tenido que lidiar con situaciones delicadas, como la gestión de las decisiones con los jugadores, incluyendo a Marcos Rojo, a quien tuvo que conversar respecto a su situación contractual y su recuperación física.
Además, la lesión de varios futbolistas clave, como Alan Velasco, obliga a ajustar el esquema del equipo y confiar en los futbolistas disponibles.
El equipo que Ubeda ha delineado apunta a un sistema 4-4-2, con la intención de mantener la solidez defensiva y potenciar las opciones ofensivas. En la próxima fecha, se espera que los titulares sean los mismos que han guiado los últimos partidos, con la incorporación de Palacios siempre que esté en condiciones físicas.
Los resultados que obtenga en los próximos encuentros serán decisivos no solo para el rendimiento del equipo, sino también para la continuidad del técnico interino.
El presidente Riquelme ha manifestado en varias ocasiones que no hay prisa para tomar decisiones definitivas y que la paciencia con Ubeda será una estrategia a seguir, similar a lo ocurrido anteriormente con Sebastián Battaglia, quien asumió en la misma condición y consiguió un título importante.
La confianza en él, más allá de la reciente situación, puede abrirle un camino que vaya más allá de un simple plan de contingencia.
Por lo tanto, el futuro de Ubeda en Boca dependerá, en gran medida, de los resultados deportivos y de su desempeño en la gestión del vestuario. Mientras tanto, la institución continúa honrando la memoria de Russo y trabajando para afrontar los desafíos del presente con la misma historia de pasión y entrega que caracteriza al club xeneize, en busca de seguir siendo protagonistas del fútbol argentino e internacional.