El duelo de los equipos cordobeses en los 16avos de final de la Copa Argentina tuvo un desarrollo dramático, con goles, expulsiones y momentos de tensión que casi generan un escenario de caos total. La victoria fue para Belgrano por 3-2 en un partido marcado por decisiones arbitrales controversiales y un clima caldeado en el campo y las tribunas.
En un enfrentamiento vibrante y lleno de emociones, Belgrano y Defensores de Belgrano protagonizaron un partido disputado en el marco de los 16avos de final de la Copa Argentina en la provincia de San Luis.
El encuentro, que inicialmente parecía marcar solo una fase más en el torneo, rápidamente se convirtió en un espectáculo de momentos intensos, controversias y decisiones arbitrales que casi desembocaron en un caos total.
Desde el inicio, el juego presentó un ritmo rápido y destacado por la sorpresa que significó el dominio del Dragón, equipo proveniente de la Primera Nacional, frente a un rival de la Liga Profesional como Belgrano.
A los siete minutos, Defensores abrió la cuenta gracias a una jugada que partió desde un lateral en el centro del campo. Los jugadores del Bajo Belgrano aprovecharon un saque de manos, coordinaron una serie de pases precisos, y así lograron abrir el marcador con un potente disparo de Ezequiel Aguirre, que venció la resistencia del arquero Manuel Vicentini.
Este gol inesperado alteró los planes iniciales del equipo cordobés, que buscaba avanzar en la difficultosa llave.
Por parte del local, Belgrano no tardó en reaccionar y, cerca del cierre de la primera mitad, obtuvo un penal tras una falta de Agustín Benítez sobre Bryan Reyna, que fue claramente señalada por el árbitro Sebastián Martínez Beligoy.
Lucas Passerini fue el encargado de ejecutar, y no falló, colocando el empate transitorio. Sin embargo, la emoción no terminó allí. Antes del descanso, un descuido defensivo permitió a Defensores retomar la ventaja mediante un cabezazo de Aguirre tras un centro desde la izquierda, lo que generó un festejo efusivo y un ambiente que empezó a caldearse.
Lo que vino en el segundo tiempo fue una serie de incidentes asumidos por la tensión del momento. La reacción de algunos hinchas, que arrojaron hielos y encendedores con intención de desestabilizar, sumó más nerviosismo en el campo y en el operativo de seguridad.
En ese contexto, el árbitro Martínez Beligoy tuvo que expulsar a dos jugadores del equipo visitante, Uvita Fernández y Agustín Benítez, amonestados previamente, en una decisión que generó polémica dada la rigurosidad de las amarillas.
La igualdad fue recuperada por Belgrano mediante una acción de Gabriel Compagnucci, y la euforia se volvió aún mayor cuando Nicolás Uvita Fernández, desde el banco, expresó su entusiasmo con un festejo algo fuera de lugar, que desencadenó further reacciones.
La tensa atmósfera se intensificó cuando, en una jugada que parecía favorecer a Belgrano, Tobías Ostchega realizó un remate que dejó sin chances al arquero Medina, colocando a los celestes en ventaja por 3-2 con minutos por jugarse.
El final del partido estuvo marcado por una serie de empujones y protestas de parte de los jugadores de Defensores, quienes vieron cómo el árbitro marcaba el final del cotejo.
La seguridad tuvo que intervenir y el sobrino del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Federico Beligoy, fue escoltado por agentes de seguridad tras ser rodeado por los jugadores de Defensores en señal de rechazo.
La tensión en el campo reflejaba un escenario que pudo haber derivado en incidentes mayores si las autoridades no hubieran intervenido a tiempo.
El resultado dejó a Belgrano en octavos de final del torneo, aún a la espera de su próximo rival, que saldrá del enfrentamiento entre Independiente y Gimnasia de Mendoza.
En términos económicos, la victoria para ambos clubes representa una importante inyección de recursos, considerando que la televisión argentina, que transfiere unos 50.000 euros por partido en fases similares, ha incrementado sus premios en la última década debido a los derechos televisivos y patrocinadores que aumentan sustancialmente la cuantía de la competencia.
En conclusión, el encuentro será recordado no solo por el resultado, sino por la carga emocional, las decisiones arbitrales polémicas y por cómo el fútbol puede convertirse en un escenario de tensión social si no se manejan con cautela.
La próxima semana se conocerá el informe oficial de la Comisión de Disciplina, que determinará las posibles sanciones para los jugadores que actuaron con exceso de rudeza o comportamiento antideportivo en este vibrante choque.
Por lo pronto, Belgrano celebra su paso a los octavos y esperar seguir en esta campaña bastante llena de matices y adjetivos que definirán su historia en la actual edición de la Copa Argentina.