Los campeones del mundo, Di María y Paredes, regresaron a Argentina y están marcando diferencias en sus clubes, Rosario Central y Boca Juniors, respectivamente. Sus carreras en Europa y su regreso están generando impacto en el fútbol local, con precios de transferencia elevados y un rendimiento destacado en el campo.

Aunque uno nació en Rosario y el otro en San Justo, localidades cercanas en la provincia de Santa Fe, la historia de Ángel Di María y Leandro Paredes está profundamente ligada al fútbol argentino y europeo.

Ambos jugadores, campeones del mundo con Argentina en Qatar 2022, han regresado al país para seguir aportando su experiencia y talento en sus respectivos clubes, Rosario Central y Boca Juniors, elevando la competitividad del torneo local.

La trayectoria de Di María y Paredes en Europa es extensa y prestigiosa. Di María, conocido por su paso por clubes como Benfica, Real Madrid, PSG, Manchester United y Juventus, acumuló en su carrera más de 400 partidos y una valoración de mercado superior a 20 millones de euros en su mejor momento.

Recientemente, su fichaje por Rosario Central se cerró por aproximadamente 2,5 millones de euros, sumando una inversión significativa que refleja su estatus en el fútbol mundial.

Por su parte, Leandro Paredes, quien también jugó en clubes de elite como Empoli, Chievo Verona, Roma, y recibió ofertas de Juventus y Zenit de San Petersburgo, fue declarado en su momento como uno de los mediocampistas más prometedores de Europa.

Su transferencia a Boca fue valorada en torno a 3 millones de euros, una cifra que destaca la importancia que el club le da a su liderazgo y jerarquía.

La vuelta de estos jugadores al fútbol argentino no solo implica un impacto deportivo, sino también económico. La llegada de Di María y Paredes ha generado un aumento en la venta de abonos y en la presencia de público en los estadios, reactivando la economía de los clubes y generando expectativas para futuros traspasos y contratos locales.

En el plano futbolístico, la aportación de ambos ha sido crucial. Di María, con su técnica depurada y precisión en tiros libres, se ha consolidado como la estrella de Rosario Central, demostrando que su talento innato fue perfeccionado en Europa.

Su reciente golazo en el clásico rosarino, un tiro libre que venció al arquero Juan Espínola, quedó grabado en la memoria de los hinchas y muestra que está en plena forma a sus 37 años.

Por su parte, Paredes ha aportado orden en el mediocampo de Boca, mejorando la pelota parada y controlando el ritmo del juego. Su desempeño en el clásico contra Banfield, tocando 114 veces la pelota con un 90% de precisión en los pases, evidencia su influencia en el equipo.

Además, su liderazgo se refleja en la estructura defensiva y en la recuperación de balones, con una media de cinco recuperaciones por partido.

Para entender la magnitud de su impacto, hay que considerar que el mercado de transferencias en Europa y Argentina ha valorado a Di María en alrededor de 18 millones de euros en su mejor época, y a Paredes en aproximadamente 15 millones de euros cuando su valor alcanzó su punto álgido.

Ahora, en su regreso a Argentina, su aporte trasciende lo futbolístico; son referentes que elevan la calidad del torneo local y atraen a un público que sigue apasionadamente sus carreras.

La historia de estos dos jugadores es un ejemplo de cómo el talento formado en Europa puede volver a potenciar el fútbol en Argentina. Su experiencia y jerarquía aportan un valor agregado que trasciende los precios de transferencia y los resultados en el campo, alimentando la expectativa y el crecimiento del deporte en la región.

Así, Di María y Paredes continúan dejando huella en el fútbol nacional, demostrando que la calidad y la historia siempre encuentran su lugar en la Argentina.