Durante un enfrentamiento en el Superclásico argentino, el arquero de Boca Juniors, Agustín Marchesín, hizo referencia a una denuncia previa contra el delantero colombiano Miguel Ángel Borja por violencia infantil. La situación ocurrió en un contexto de alta tensión en el estadio Monumental, agravada por el clima hostil entre los jugadores y las autoridades del fútbol argentino.

En medio del intenso ambiente que se vivió durante el último Superclásico entre River Plate y Boca Juniors en el estadio Monumental, se produjeron incidentes y declaraciones que trascendieron lo deportivo, revelando un alto grado de confrontación entre los protagonistas.

Uno de los momentos más destacados fue la respuesta del arquero de Boca, Agustín Marchesín, quien en una actitud desafiante y cargada de tensión, recordó un antecedente judicial que involucraba al delantero colombiano Miguel Ángel Borja.

El encuentro, que finalizó con una victoria de River Plate por 2-1, estuvo marcado por la polémica, no solo por las jugadas y decisiones arbitrales, sino también por los enfrentamientos verbales y gestuales entre jugadores y cuerpos técnicos.

La situación se exacerbó cuando Borja, suplente en ese partido, ingresó en los últimos minutos y celebró un gol a Gregory Marchesín, el arquero de Boca.

En ese momento, Borja gritó la anotación con efusividad, y Marchesín, desde su posición, reaccionó con una acusación que sorprendió a todos: le gritó a Borja que era un "golpeador de niños".

La acusación de Marchesín no fue casual y estuvo acompañada por una referencia a un hecho judicial ocurrido en octubre de 2024, en Argentina, donde Borja tuvo que afrontar una denuncia por violencia infantil.

La denuncia fue interpuesta por las autoridades del colegio donde los hijos del delantero, de 7 y 10 años, asisten en Canning, al sur del Gran Buenos Aires.

Según documentos judiciales y declaraciones de los involucrados, un docente alertó sobre un posible maltrato y se inició una investigación que incluyó entrevistas, estudios médicos a los niños y evaluaciones psicológicas.

Aunque los informes preliminares determinaron que los menores no estaban sufriendo violencia, la investigación judicial aún sigue en curso. La denuncia por “averiguación de ilícito” fue radicada en la Comisaría de la Mujer y la Familia de La Unión, en Ezeiza, y el caso está siendo revisado por la fiscal María Lorena González, misma fiscalía que lleva investigaciones por casos de violencia de género en el fútbol y en la sociedad en general.

El episodio que ocurrió en el Superclásico ocurrió justo después del segundo gol de Sebastián Driussi, con el cual River igualaba el marcador, y en el instante en que Borja celebraba con el banco de suplentes.

La reacción de Marchesín fue inmediata y confrontativa, acusando a Borja en público de una conducta grave, vinculando su actitud con el proceso judicial en el que estuvo involucrado en el pasado.

Borja, por su parte, no tardó en responder a las acusaciones y a la confrontación. Tras el partido, en declaraciones a los medios, el delantero colombiano expresó que la situación había sido "muy dura" y que como padre, siempre busca el bienestar de sus hijos.

Aseguró además que las decisiones tomadas por la escuela eran desafortunadas y que sus abogados estaban trabajando en la aclaración del caso.

Históricamente, este tipo de denuncias y polémicas no son nuevas en el fútbol argentino ni mundial. La presión mediática y judicial, sumada a la exposición pública de los jugadores, muchas veces genera conflictos que trascienden lo estrictamente deportivo.

En Argentina, casos similares han llegado al centro de la atención pública, poniendo en evidencia los límites del comportamiento personal en contextos de alta exposición pública.

El incidente en el Superclásico demuestra cómo el fútbol, más allá de ser un deporte, puede convertirse en un escenario de denuncia social y personal.

La referencia de Marchesín ayuda a poner en perspectiva la importancia de separar lo deportivo de lo judicial y social, aunque en la práctica, la tensión en partidos así puede desbordar y dar lugar a situaciones como la vivida ese día en el Monumental.