La Asociación del Fútbol Argentino determinó que la sanción de 24 meses impuesta al presidente de Talleres ya cumplió su función y no se impondrán medidas adicionales.
Tras meses de tensión, comunicados cruzados y un episodio que sacudió al fútbol argentino, la AFA, a través de su Tribunal de Disciplina, resolvió este martes dar por cumplida la suspensión de 24 meses impuesta a Andrés Fassi, presidente de Talleres de Córdoba, por los incidentes ocurridos tras el partido ante Boca por la Copa Argentina en 2024, protagonizados por el árbitro Andrés Merlos.
En su análisis, el Tribunal tuvo en cuenta que ha pasado más de un año desde aquel episodio y que el objetivo de la sanción no es sólo castigar, sino también prevenir y corregir conductas.
Otro punto clave fue la disculpa pública que Fassi ofreció, incluso dirigiéndose al presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia. Ese gesto se interpretó como una señal de rectificación y colaboración con los principios de convivencia deportiva. Con estos elementos, y amparado en el Código Disciplinario, el organismo consideró que la sanción ya había cumplido su función y que continuar con el castigo restante resultaba desproporcionado, ya que no aportaría un beneficio adicional desde lo disciplinario.
¿Por qué habían suspendido a Fassi, el presidente de Talleres? La sanción se debe a un hecho ocurrido el 7 de septiembre de 2024, cuando Fassi se acercó al vestuario del árbitro tras la derrota de Talleres por penales frente a Boca en la Copa Argentina.
El informe del referí recogió la existencia de tensiones y denuncias de golpes entre las partes. Aquel episodio se enmarcó también en un contexto en el que la dirigencia del club cordobés enfrentaba cuestionamientos sobre su manejo institucional.
Además, se suma la denuncia presentada ante la Inspección General de Justicia (IGJ) por la nulidad de la Asamblea realizada el 17 de octubre, en la que fue reelecto Claudio Tapia y se habían anulado dos descensos previstos por el reglamento de la Liga Profesional.
Esta denuncia se planteó sin haber recurrido previamente a las vías internas del fútbol.
El propio Fassi ofreció disculpas en una conferencia de prensa, reconoció errores y moderó el tono del conflicto. Ese gesto, sumado al tiempo transcurrido, fue clave para que el Tribunal revisara la situación. En su resolución, el organismo disciplinario sostuvo que la decisión se apoyó en principios generales de razonabilidad y proporcionalidad que deben informar la actuación disciplinaria, entendiendo que el castigo ya había cumplido su función correctiva y ejemplificadora.
La resolución no sólo beneficia a Andrés Fassi, sino que también alcanza a Gustavo Gatti, vicepresidente de Talleres, quien formaba parte del mismo proceso disciplinario.
De esta manera, la dirigencia del club cordobés recupera plenamente sus derechos institucionales dentro del ámbito de la AFA.
Qué dijeron Fassi y Merlos sobre el episodio de la sanción. Según Merlos, el presidente de Talleres se acercó al vestuario y existió un intercambio particularmente tenso, que generó denuncias y una vigilancia policial para evitar que la situación escalara.
Merlos afirmó que nunca golpeó a Fassi ni le dio patadas a nadie, y que, a pesar de las impresiones de los testigos presentes, la intervención policial y el manejo posterior permitieron contener el incidente antes de que derivara en algo peor.
En paralelo, durante la discusión pública del tema, Fassi expresó su arrepentimiento y dejó claro que su prioridad era mantener la integridad institucional del club y el fútbol argentino.
Contexto adicional. Talleres, bajo la dirección de Fassi, ha contado con vínculos históricos relevantes con el Grupo Pachuca, propietario de los Tuzos y del León de la Liga MX, una relación que, si bien no es objeto directo de la sanción, aporta datos de la red internacional de gestión deportiva que rodea al club cordobés.
En ese marco, la resolución de la AFA se entiende como una señal de que, más allá de las diferencias, las instituciones buscan restablecer la normalidad y fortalecer la gobernanza.
La decisión subraya la idea de que las vías institucionales deben primar ante cualquier conflicto y que la disciplina debe ser proporcionada para mantener la armonía en el fútbol profesional argentino.
En síntesis, la AFA determinó que la suspensión de 24 meses impuesta a Fassi ya cumplió su función disuasiva y educativa, permitiendo al presidente de Talleres retomar sus funciones y a la institución cordobesa continuar participando plenamente en la vida de la liga y sus competencias.
La resolución, que también protege la posición de Gatti, marca un cierre procedimental que devuelve a Talleres su operatividad institucional y mantiene vigente el compromiso de la AFA con la razonabilidad y la proporcionalidad en el tratamiento de las conductas disciplinarias.