El equipo McLaren celebra la conquista del título en el campeonato de constructores de Fórmula 1, tras una temporada llena de conflictos entre sus pilotos, Lando Norris y Oscar Piastri. La competencia aún no termina, pero el dominio de sus autos y la lucha interna marcaron la carrera en Singapur.
El equipo McLaren logró asegurar oficialmente el campeonato de constructores en la temporada de Fórmula 1, un logro que no alcanzaban desde hace 34 años, específicamente desde 1989.
La victoria en Singapur fue determinante para sellar su triunfo, en un contexto en el que los pilotos de la escudería, Lando Norris y Oscar Piastri, protagonizaron una de las rivalidades más intensas de los últimos años.
El Gran Premio de Singapur, disputado en el circuito callejero de Marina Bay, fue un escenario de emociones y tensiones. Norris, que partió desde una posición privilegiada, realizó una adelantamiento agresivo en las primeras curvas, y pocos minutos después, en un incidente en pista, tocó la rueda delantera izquierda de Piastri, quien casi abandona la carrera.
La lluvia y el asfalto húmedo complicaron aún más las maniobras, poniendo a prueba la pericia de los pilotos y alimentando la polémica en el equipo.
Este evento dejó claro que la lucha por el título en la escudería de Woking no será sencilla ni amistosa. Piastri, que lidera en puntos con 336, aventaja a Norris por 22 unidades y a Max Verstappen por 63. Aún quedan seis carreras por celebrarse en distintos circuitos emblemáticos, entre ellos Austin, Ciudad de México, São Paulo, Las Vegas, Qatar y Abu Dabi, lo que mantiene abierta la posibilidad de que la disputa tenga un desenlace impredecible.
Desde el equipo, el director de carrera, Andrea Stella, ha defendido la postura de sus pilotos, asegurando que en McLaren valoran la determinación y la competitividad.
En una declaración pública, Stella afirmó: “Los pilotos tienen opiniones fuertes porque quieren lograr lo mejor para el equipo y para ellos. En la pista, cada uno ve lo que ve y actúa en consecuencia. La competencia interna es saludable siempre que se mantenga el respeto”.
Por su parte, Zak Brown, el CEO de McLaren, admitió que las acciones en pista, aunque a veces tensionantes, son parte del deporte: “Queremos que nuestros pilotos compitan con intensidad.
Es natural en la Fórmula 1 y forma parte del espíritu del equipo. Solo queremos que toda acción se dirima en la pista, no en los despachos”.
La temporada pasada fue especialmente difícil para McLaren, tras varios años sin pelear en la cima, hasta que lograron consolidar nuevamente un coche competitivo.
La recuperación del equipo inglés estuvo marcada por una importante inversión en tecnología y en la formación de talentos jóvenes. Norris, con 24 años, y Piastri, de 22, representan la nueva generación de pilotos que busca dejar huella en la historia de la Fórmula 1.
El campeonato, que ha estado lleno de altibajos, promete aún más drama en las próximas semanas. Con una diferencia de 22 puntos, Norris tiene la oportunidad de remontar, pero sabe que cada carrera será decisiva. La tensión en McLaren parece haber llegado para quedarse, y los aficionados estarán atentos a cómo se desarrolla la lucha en las pistas, que promete ser muy disputada hasta la bandera a cuadros final en Abu Dabi.
Sin duda, estos conflictos internos han añadido un componente extra de emoción a la temporada, que será recordada como una de las más intensas y emocionantes en la historia reciente de la Fórmula 1.