La FIFA ratifica las sanciones a siete jugadores y multa de aproximadamente 430.000 euros a la federación de Malasia por utilizar documentación falsa para representar al país en competencias oficiales, lo que genera incertidumbre en su próxima apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
El pasado lunes, la FIFA oficializó la decisión de confirmar las sanciones impuestas a la federación de fútbol de Malasia y a siete jugadores extranjeros que falsearon sus documentos para poder representar a Malasia en competencias oficiales.
La resolución llega después de una exhaustiva investigación que desmintió las declaraciones previas de la federación local, y deja abierta la posibilidad de que Malasia lleve el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) mediante una apelación.
Según anunció la FIFA, su comité de apelaciones ratificó una multa de 350.000 francos suizos, equivalentes a unos 430.000 euros, y estableció una suspensión de un año para cada uno de los siete futbolistas implicados en el escándalo. Estos jugadores, provenientes de Argentina, Brasil, Holanda y España, habían sido naturalizados por Malasia con supuestos lazos familiares, argumentando que tenían un abuelo nacido en ese país, lo que, en su opinión, los habilitaba a jugar en la selección nacional.
En esencia, el asunto del uso de documentos falsificados para obtener la elegibilidad representaba un intento de sortear las reglas de la FIFA, que establece criterios estrictos para la naturalización y la elegibilidad de jugadores extranjeros.
Los futbolistas involucrados son Gabriel Palmero, Jon Irazábal, Facundo Garcés, Rodrigo Holgado, Imanol Machuca, João Figueiredo y Héctor Hevel. Entre ellos, Holgado (que actualmente milita en el América de Cali en Colombia), Machuca (que juega en Vélez Sarsfield en Argentina), y Garcés (en el Alavés, de España), son de origen argentino.
Los otros cinco fueron declarados como españoles, brasileños y neerlandeses.
La federación de Malasia alegó que los jugadores tenían lazos familiares con el país; sin embargo, la investigación de la FIFA obtuvo documentos oficiales que contradicen esas afirmaciones.
Para ejemplificar, en el caso de Machuca, la federación declaró que su abuela habría nacido en Penang, pero los registros oficiales muestran que nació en Santa Fe, Argentina.
La misma situación ocurrió con Garcés, cuyo abuelo en realidad nació en Villa María, y Holgado, cuyo antepasado es originario de Caseros.
El caso adquirió relevancia adicional debido a que uno de los jugadores, Rodrigo Holgado, tiene 25 años y fue formado en clubes argentinos como Talleres de Córdoba y Unión de Santa Fe, debutando en primera división en Argentina, y en 2023 fue transferido a Fortaleza en Brasil.
Según los registros, cuando en 2025 fue cedido a Vélez Sarsfield en Argentina, aún no había superado su proceso de naturalización ficticia, por lo que su retorno a la selección malasia sería postergado hasta al menos octubre de 2026.
Por su parte, la federación malasia decidió suspender a su secretario general, Noor Azman Rahman, y ha abierto una investigación interna para esclarecer los hechos.
La situación ha generado un impacto considerable en el organismo, especialmente cuando en el Consejo de la FIFA participa Hamidin bin Haji Mohd Amin, expresidente de la federación malasia y actual miembro del órgano rector del fútbol mundial.
Este caso refleja los riesgos asociados con las prácticas fraudulentas en la documentación de los jugadores, y pone en evidencia la necesidad de reforzar los controles en los procesos de naturalización en el fútbol internacional.
La FIFA tiene hasta un mes para que Malasia decida si presenta una apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), lo que podría extender la incógnita sobre el futuro deportivo de estos futbolistas y la reputación de la federación malasia en el ámbito internacional.