El mediocampista argentino del Chelsea se destaca por ser el jugador que más desplazamientos acumuló en la temporada 2024/25, enfrentando condiciones extremas y congestión de partidos que impactan en la salud y rendimiento de los futbolistas.

En la temporada 2024/25, el mediocampista argentino Enzo Fernández se ha convertido en uno de los protagonistas no solo por sus logros deportivos, sino también por el intenso ritmo y los desafíos que enfrentan los futbolistas de élite en la actualidad.

Fernández, quien actualmente milita en el Chelsea FC, acumuló en dicho período 195 horas de viaje en 29 traslados, recorriendo aproximadamente 149.000 kilómetros y ocupando el cuarto lugar en la lista de jugadores con mayor desplazamiento. Para poner en perspectiva, esas horas equivaldrían a dar más de tres vueltas completas a la circunferencia de la Tierra, según un informe del sindicato mundial de futbolistas FIFPro, liderado por Sergio Marchi.

El calendario de competencia de la temporada 2024/25 fue especialmente exigente, comenzando tras la victoria en la Copa América con la selección argentina y extendiéndose más allá del Mundial de Clubes, disputado en Estados Unidos en condiciones de calor extremo, con temperaturas que en algunos partidos superaron los 28 grados Celsius con índices de humedad elevados.

Fernández participó en múltiples competencias que llevaron a los jugadores a desplazarse constantemente entre continentes, enfrentándose además a marcados desafíos climáticos.

La congestión de partidos y la escasa recuperación entre encuentros son problemas cada vez más evidentes en el fútbol profesional. La temporada pasada, figuras como Federico Valverde y Luka Modrić del Real Madrid; Pedri y Raphinha del FC Barcelona; y Julián Álvarez del Atlético de Madrid, jugaron más de 50 partidos con menos de cinco días de descanso en muchos casos.

La acumulación de partidos sin suficiente tiempo de recuperación aumenta significativamente el riesgo de lesiones y deteriora la salud física de los futbolistas.

Un caso llamativo fue el del surcoreano Min-Jae Kim, quien jugó 20 partidos consecutivos en apenas 73 días, enfrentando partidos en diferentes competencias como la Champions League, la Bundesliga, la Copa de Alemania y eliminatorias mundialistas.

La marca de Kim refleja la exigencia extrema a la que están sometidos estos deportistas en una temporada cada vez más saturada.

El informe de FIFPro también hace especial énfasis en los jugadores menores de 18 años, quienes enfrentan riesgos aún mayores por la sobrecarga de trabajo.

Lamine Yamal, promesa del fútbol español, jugó 130 partidos antes de cumplir los 18 años, mientras que Archie Gray sumó 80 partidos en su temporada de debut.

La exposición continua a estas cargas puede derivar en lesiones graves y afectar el desarrollo deportivo y físico a largo plazo.

Desde un punto de vista histórico, la cantidad de partidos y desplazamientos en el fútbol profesional ha ido en aumento desde la profesionalización en las décadas de 1970 y 1980.

Sin embargo, la comparación con otros deportes muestra que disciplinas como la NBA, el rugby o el críquet establecen periodos de descanso mucho más extensos y estructurados.

La NBA, por ejemplo, garantiza varios meses de descanso tras la temporada, permitiendo una recuperación adecuada y la prevención de lesiones.

El informe también resalta cómo en otros deportes, los periodos de descanso y recuperación están claramente definidos y respetados. En el fútbol, en cambio, la temporada se extiende de manera casi continua, con pocos días de descanso entre competiciones de alta intensidad. Solo un porcentaje muy reducido de jugadores, como aquellos que participaron en la Eurocopa o la Copa América de 2024, logra cumplir con los mínimos de descanso recomendados por expertos.

El nivel de sobrecarga también afecta la salud mental y física de los futbolistas, quienes muchas veces deben jugar en condiciones climáticas adversas y con poco tiempo para recuperarse.

La temporada pasada, Kim sufrió una lesión en el tendón de Aquiles, que lo mantuvo fuera de juego en momentos importantes, poniendo en evidencia la necesidad de revisar los calendarios de competición.

Expertos y entrenadores reconocen que para proteger la integridad de los jugadores, es imprescindible instaurar periodos de descanso más prolongados y una mejor planificación de las cargas de trabajo.

Figuras como Pep Guardiola han señalado en reiteradas ocasiones que el modelo actual de competición es demasiado intenso, comparado con otras ligas profesionales en Las Vegas, Melbourne o Boston, donde el descanso estructurado es una norma.

Por último, FIFPro y representantes del fútbol mundial coinciden en que hay una necesidad urgente de equilibrar el calendario y establecer medidas que velen por la salud de los deportistas, colocando su bienestar en el centro de las decisiones deportivas y administrativas.

Solo mediante una colaboración efectiva entre clubes, ligas, federaciones y organismos internacionales será posible lograr un fútbol más sostenible y saludable para las generaciones futuras.