Fernando Mezzina, abogado del club Deportivo Español, fue separado de sus funciones tras participar tocando el teclado en un acto organizado por Javier Milei, en línea con la política de la institución de mantener la 'apolitización'.
Tras el espectáculo musical de Javier Milei en el Movistar Arena, las repercusiones se centraron principalmente en el ámbito político. Sin embargo, uno de los personajes que estuvo presente en el evento y que tenía estrechos lazos con el presidente fue desvinculado de su trabajo en Deportivo Español, un club con sede en el barrio de Bajo Flores, en Buenos Aires.
La institución tomó la decisión de separar a Fernando Mezzina, quien desempeñaba el rol de abogado del club, argumentando que su participación en el concierto no era compatible con los principios del club, que en la actualidad compite en la Primera C, la tercera categoría del fútbol argentino.
El club Deportivo Español emitió un comunicado oficial en el que explicó que, aunque reconocen que la participación de Mezzina no fue malintencionada, la decisión de disolver su representación legal fue tomada en conjunto para mantener la 'apolitización' de la institución, un principio que consideran innegociable.
La nota también resaltó el compromiso del club con sus valores fundacionales, que incluyen la diversidad de pensamientos y el respeto democrático.
Fernando Mezzina fue visto en el escenario en el que Milei interpretó distintas canciones y mostró a varias figuras del oficialismo. Vestido con un blazer negro que luego se quitó y una camiseta de Deportivo Español, tocó el teclado junto a otros músicos. En ese momento, Milei describió a Mezzina como el 'heredero de Jon Lord', una referencia a su talento musical. La formación musical también incluía a diputados y allegados, como Bertie Benegas Lynch, quien tomó el control de la batería, y su hermano Joaquín, candidato a senador, en guitarra.
Además, participó Lilia Lemoine, diputada libertaria, quien acompañaba con coros y bailaba, y Ana Tamagno, pareja de Marcelo Duclos, quien tocó el bajo.
El acto de Milei, que tuvo momentos de gran euforia y polémica, incluyó cánticos contra Cristina Fernández de Kirchner y su tobillera electrónica, además de interpretaciones de clásicos del rock argentino y hebreo.
La participación de figuras cercanas a Milei en un evento musical y político generó controversia en la opinión pública y en la propia institución deportiva.
En cuanto a los costos, el show de Milei, que congregó a miles de personas, tuvo un impacto que, en términos económicos, se puede comparar con gastos de eventos similares en Europa, donde una producción de este nivel puede costar alrededor de 150,000 euros, considerando alquileres, producción y personal.
La participación de artistas y músicos, además de la logística del escenario, ronda los 75,000 euros aproximadamente. La desvinculación de Mezzina, que en términos laborales implica la rescisión de su contrato y posibles indemnizaciones, calculada en base a su salario y antigüedad, podría representar un costo de unos 20,000 euros.
Este episodio refleja además un contexto más amplio en Argentina, donde las instituciones deportivas buscan mantener una imagen apolítica y neutral en un escenario social cada vez más polarizado.
La historia del club Deportivo Español, fundado en 1956 por inmigrantes españoles en Argentina, es un ejemplo de cómo las instituciones deportivas han sido hasta ahora un espacio de convivencia y diversidad.
La reciente intervención, con el que algunos consideran una influencia política cada vez mayor en espacios culturales y deportivos, plantea incertidumbres sobre el papel que deben jugar estas organizaciones en un país atravesado por múltiples tensiones.
En definitiva, el caso de Fernando Mezzina ejemplifica los dilemas que enfrentan muchas instituciones en Argentina en torno a la participación política y la representación institucional, especialmente en un momento donde las expresiones públicas de apoyo o participación en eventos políticos son cada vez más visibles y polémicas.