La ciudad de Bengaluru podría perder la organización de los partidos del Mundial femenino de cricket debido a problemas de permisos y un trágico incidente, lo que lleva a la posible transferencia del evento a Thiruvananthapuram, en Kerala.

La organización del Mundial femenino de cricket 2025 en India enfrenta una incertidumbre significativa tras un incidente trágico ocurrido en Bengaluru, que podría cambiar los planes inicialmente previstos.

Según fuentes cercanas a la Junta de Control de Cricket en India (BCCI), la ciudad de Bengaluru, específicamente el estadio M Chinnaswamy, corre el riesgo de ser excluida como sede para la competencia, debido a problemas de permisos y a un reciente incidente que ha conmocionado a la comunidad deportiva.

Supuestamente, el incidente ocurrió justo un día después de que el equipo Royal Challengers Bengaluru (RCB) lograra su primer título en la Indian Premier League (IPL), en una celebración que terminó en una estampida que dejó al menos 11 víctimas fatales y más de 50 heridos.

Este evento trágico llevó a que las autoridades estatales y la asociación de cricket de Karnataka (KSCA) comenzaran a reevaluar la seguridad y la viabilidad del estadio para eventos de gran magnitud.

El estadio M Chinnaswamy, reconocido por su historia y por ser uno de los iconos del deporte en la región, no ha podido obtener la aprobación policial necesaria para albergar los partidos del Mundial femenino.

La fecha límite, establecida por la BCCI para obtener la autorización, fue el 10 de agosto, pero supuestamente la KSCA no logró cumplir con los requisitos en tiempo, generando dudas sobre la continuidad del evento en Bengaluru.

En caso de que Bengaluru quede fuera, Thiruvananthapuram, en el estado de Kerala, sería la opción más probable para reemplazar a la ciudad del sur de India.

El estadio Greenfield en Thiruvananthapuram ya está en la lista de posibles sedes y actualmente acoge la Kerala Cricket League (KCL), que se disputa del 21 de agosto al 7 de septiembre.

La organización local ha mencionado que, si fuera necesario, podrían mover la KCL a otro lugar para permitir la realización del Mundial en esa ciudad.

El calendario del torneo contempla que Bengaluru debía acoger el partido inaugural entre India y Sri Lanka el 30 de septiembre, seguido por encuentros entre Inglaterra y Sudáfrica el 3 de octubre, y otros partidos importantes, incluyendo las semifinales y la final, que podrían celebrarse en la misma ciudad.

Sin embargo, si la sede cambia, estos partidos se trasladarían a Thiruvananthapuram, que también albergará partidos de preparación los días 25 y 27 de septiembre.

El proceso de decisión se complica aún más por las normativas internacionales, que exigen que las sedes sean entregadas al menos un mes antes del inicio del torneo.

Esto significa que la BCCI y la ICC deberán tomar una decisión en los próximos días, dado que la organización en Thiruvananthapuram requiere permisos oficiales y la coordinación con las autoridades locales.

Supuestamente, el problema de permisos en Bengaluru también se vio agravado por las protestas y la percepción de inseguridad tras la estampida, que llevó a la renuncia de funcionarios clave de la KSCA, incluido su secretario y tesorero.

Además, un comité del gobierno estatal declaró al estadio 'poco seguro' para eventos masivos y recomendó mover los partidos a instalaciones con mejores condiciones de seguridad.

Este cambio potencial ha generado incertidumbre en los equipos participantes, que habían planificado su estadía en Bengaluru para aprovechar las instalaciones de entrenamiento, incluyendo el campo de la KSCA en Alur.

La situación, que también afecta el desarrollo de la preparación de las jugadoras y el plan logístico del torneo, supone un desafío adicional para la organización del evento.

Supuestamente, la BCCI y la ICC están evaluando alternativas y podrían decidir en los próximos días si confirman a Thiruvananthapuram como la nueva sede, una decisión que marcaría un cambio importante en la historia del cricket femenino en India.

La organización espera que, independientemente de la sede, el torneo pueda realizarse con éxito y promover el crecimiento del cricket femenino en la región, en un momento en que la atención mundial al deporte femenino sigue en aumento desde la histórica cobertura del último Mundial en Nueva Zelanda.

En resumen, la posible reubicación de los partidos del Mundial femenino en India refleja los desafíos que enfrentan las grandes organizaciones deportivas para garantizar la seguridad y la logística adecuada en eventos de esta magnitud.

La decisión definitiva se espera en los próximos días, con la esperanza de que el torneo pueda celebrarse sin contratiempos y con el respaldo de la comunidad internacional del cricket.