La selección inglesa logra una histórica victoria en Southampton, estableciendo un nuevo récord en partidos de un día al superar los 400 puntos por séptima vez en su historia, en un encuentro contra Sudáfrica en una serie ya definida.

En un partido que pasará a la historia del cricket, Inglaterra estableció un nuevo récord al registrar su séptima puntuación superior a 400 en partidos de un día, durante el tercer encuentro de la serie contra Sudáfrica en Southampton.

Aunque el partido era considerado como un encuentro sin impacto en la clasificación, dado que Inglaterra ya había perdido la serie 2-0, los anfitriones no escatimaron esfuerzos y salieron a jugar con todo.

Joe Root y Jacob Bethell fueron las figuras principales, logrando centenares que encabezaron la ofensiva inglesa. Con estos resultados, Inglaterra se une a la India como las naciones que más veces han alcanzado puntuaciones de más de 400 en ODIs, igualando así el récord con siete veces cada una.

Hasta la fecha, Sudáfrica mantiene el récord de más puntuaciones superiores a 400 en ODIs, con un total de ocho. Desde el Mundial de Cricket 2015, en el que Inglaterra sufrió una eliminación humillante en la fase de grupos, el equipo ha logrado siete puntuaciones por encima de los 400, siendo la mayor cantidad de una selección en la historia.

Esta revolución en el cricket de blancos en Inglaterra empezó después del mencionado Mundial, impulsada por jugadores como Jason Roy, Jonny Bairstow, Joe Root, Ben Stokes, Jos Buttler, Dawid Malan, Phil Salt, Harry Brook y Jacob Bethell, quienes han ofrecido actuaciones de alta calidad.

El punto culminante de esta era fue la victoria en la Copa del Mundo ICC de 2019 en su país, seguida por la conquista del Mundial T20 en Australia en 2022, consolidando a Inglaterra como campeones del cricket de blancos en ese momento.

Sin embargo, esa era terminó de forma decepcionante cuando Inglaterra no pudo defender su título en el Mundial de 2023 en India, logrando solo tres victorias en nueve partidos y finalizando en séptimo lugar.

Desde entonces, la selección inglesa ha tenido resultados pobres, con solo siete victorias en 22 partidos de ODIs completados y una sola victoria en seis series bilaterales.

Además, enfrentaron una campaña sin victorias en la ICC Champions Trophy de este año, marcando el fin de la era de Jos Buttler como capitán de los blancos, dando paso a Harry Brook como nuevo líder en los partidos de una jornada.

En el partido en sí, Sudáfrica, que ya tenía asegurada la serie con una ventaja de 2-0, ganó el sorteo y decidió poner a Inglaterra a batear primero.

Tras una sólida apertura con Jamie Smith (62 en 48 bolas, con nueve fours y un six) y Ben Duckett (31 en 33 bolas, con seis fours), Inglaterra alcanzó las 117/2 en los primeros momentos.

Luego fue Jacob Bethell quien tomó las riendas, anotando 110 en 82 bolas, con 13 fours y tres sixes, formando una asociación de 182 carreras con Joe Root, quien sumó 100 en 96 bolas, con seis fours.

La ofensiva inglesa culminó con una impresionante actuación de Jos Buttler, que finalizó con 62* en 32 bolas, incluyendo ocho fours y un six, y Will Jacks, con 19 en ocho bolas, con dos fours y un six, llevando a Inglaterra a un total de 414/5 en 50 overs.

Este resultado no solo fue una victoria histórica, sino que también reafirmó la capacidad del equipo inglés para dominar en la modalidad de un día en un momento en que el cricket mundial atraviesa cambios significativos, con nuevas tácticas y jugadores emergentes que buscan dejar huella en la historia del deporte.

La tendencia de Inglaterra a alcanzar puntuaciones tan elevadas ha sido vista como un reflejo del cambio en la estrategia y en el enfoque del cricket de blancos, que en los últimos años ha evolucionado rápidamente, impulsado por la innovación tecnológica y la preparación física avanzada.

Supuestamente, en los próximos años, esta tendencia de altas puntuaciones podría seguir incrementándose, ya que Inglaterra continúa invirtiendo en desarrollo y en la incorporación de talento joven, como Jacob Bethell, que ya empieza a dejar su marca en la historia del cricket internacional.

Aunque todavía hay quienes consideran que estas cifras pueden afectar la competitividad a largo plazo, lo cierto es que el cricket de un día en Inglaterra vive un momento de auge y revolución, y los récords siguen siendo desafiados en cada encuentro.