Dos jugadores de Escocia enfrentaron sanciones económicas y puntos de amonestación tras incidentes durante un duelo en la Liga 2 del Cricket World Cup, en un partido marcado por decisiones controvertidas y manifestaciones de desacuerdo con los árbitros.

El cricket internacional volvió a estar en el centro de la atención tras la disputa entre Escocia y los Países Bajos en la Liga 2 del Cricket World Cup, en un encuentro que quedó marcado por incidentes disciplinarios y decisiones polémicas por parte de los jugadores.

El partido, celebrado en el VRA Cricket Amsterdam de Ámsterdam, finalizó con la victoria de los neerlandeses por 19 carreras, pero lo que realmente generó titulares fueron las sanciones impuestas a dos jugadores escoceses, Matthew Cross y Mark Watt.

Ambos deportistas fueron multados con el 10% de sus honorarios por violar el Nivel 1 del Código de Conducta de la ICC en incidentes separados durante el juego.

Además de la multa económica, se les otorgó un punto de amonestación en sus registros disciplinarios, sin antecedentes previos en los últimos dos años, lo que indica que no tenían sanciones anteriores.

La decisión fue tomada por los árbitros Riwan Akram, Roland Black y Nitin Bathi, tras detectar que ambos jugadores mostraron desacuerdo con las decisiones arbitrales, incumpliendo así el artículo 2.8 del Código, que prohíbe mostrar desacato o desacuerdo con las decisiones de los árbitros en partidos internacionales.

En el caso de Mark Watt, la infracción ocurrió cuando expresó su desacuerdo tras una revisión de apelación que fue rechazada contra el capitán de los Países Bajos, Scott Edwards.

Como muestra de su frustración, Watt arrojó su gorra con fuerza al suelo, un acto que fue considerado una muestra de desacato. Por otro lado, Matthew Cross fue sancionado durante el 46º sobre de la entrada de Escocia, cuando, tras ser declarado LBW (leg before wicket) en un envío del spinner neerlandés Roelof van der Merwe, mostró su desacuerdo levantando su bate en señal de protesta y demorando su salida del campo.

Estas acciones, aunque no resultaron en expulsiones inmediatas, violaron las normas de comportamiento y mostraron una actitud antideportiva.

Cabe destacar que estos incidentes no son aislados en la historia del cricket internacional, donde en varias ocasiones jugadores han sido sancionados por conductas similares.

La ICC, en su lucha por mantener la integridad y el respeto en el deporte, ha impuesto multas y puntos de amonestación en diversas ocasiones para promover el juego limpio y el respeto hacia las decisiones arbitrales.

Tras aceptar las sanciones propuestas, Cross y Watt evitaron procedimientos formales y reconocieron las faltas cometidas, demostrando buena voluntad para mantener la disciplina en el deporte.

La victoria neerlandesa en este enfrentamiento marca un punto importante en la clasificación de la Liga 2, en la que los equipos buscan acceder a competiciones superiores.

Sin embargo, las polémicas y las sanciones disciplinarias recuerdan que en el cricket, como en otros deportes, el comportamiento de los jugadores es tan crucial como sus habilidades técnicas.

Este tipo de incidentes sirven como lección sobre la importancia de la conducta deportiva y el respeto a las decisiones de los árbitros, pilares fundamentales para el desarrollo y la credibilidad del deporte a nivel internacional.

En definitiva, el cricket continúa siendo un escenario en el que la pasión, la competencia y la disciplina deben ir de la mano para preservar la esencia del juego limpio y el respeto mutuo.