La jugadora de Vanuatu, Rachel Andrew, sorprende al convertirse en la segunda mujer en la historia en anotar más de 50 carreras y lograr un hat-trick en un partido internacional de T20. Su hazaña en la clasificación para la Copa del Mundo 2026 marca un hito en el cricket femenino mundial.
En un evento que quedará marcado en los anales del cricket femenino, Rachel Andrew, jugadora de la selección nacional de Vanuatu, logró una hazaña que solo unas pocas deportistas en la historia han conseguido.
Durante el partido de clasificación para la Copa del Mundo de Cricket Femenino 2026 en la región de Asia-Pacífico, específicamente en el enfrentamiento entre Vanuatu e Indonesia, Andrew se convirtió en la segunda mujer en celebrar un medio siglo y un hat-trick en un mismo encuentro internacional de T20.
Esta actuación extraordinaria tuvo lugar en un contexto donde el cricket femenino continúa ganando popularidad y reconocimiento en todo el mundo. La jugadora de 27 años, que supuestamente lleva años destacando en su país, dejó una huella imborrable al anotar 85 carreras sin ser eliminada y al mismo tiempo tomar 3 wickets en 10 carreras, incluyendo su primer hat-trick en su carrera.
El logro de Andrew es aún más relevante si se considera que, según registros históricos, solo una otra jugadora en la historia del cricket femenino había logrado algo similar: Selina Solman, también de Vanuatu.
Solman fue la primera en conseguir un hat-trick y anotar más de 50 carreras en un mismo partido en 2025. La hazaña de Andrew, además, marca la primera vez que una jugadora logra ambas marcas en un solo encuentro en el formato T20 internacional.
El partido, que se disputó en un ambiente de gran entusiasmo, terminó con la victoria de Vanuatu sobre Indonesia por siete carreras. Este resultado fue crucial para las aspiraciones del equipo en el Grupo B, que busca clasificar a los próximos grandes torneos internacionales. La victoria también refleja el crecimiento del cricket en países tradicionalmente menos asociados con el deporte, como Vanuatu, que supuestamente ha invertido en programas de desarrollo para potenciar a sus jugadoras.
Por otro lado, en el contexto global, países como Zimbabwe y Namibia aseguraron sus plazas para la fase de clasificación mundial en los próximos meses, consolidando su presencia en el escenario internacional del cricket femenino.
La atención ahora se centra en cómo estas historias de éxito y superación seguirán inspirando a futuras generaciones de deportistas en el continente oceánico y más allá.
En resumen, la actuación de Rachel Andrew no solo es un récord personal, sino que también simboliza el avance del cricket femenino en regiones donde el deporte aún busca mayor reconocimiento.
A medida que se acerca la Copa del Mundo 2026, los aficionados y expertos deportivos siguen atentos a los progresos de estos equipos y de las jugadoras que, como Andrew, están rompiendo barreras y dejando huella en la historia del cricket mundial.