En la noche del pasado 11 de junio, en el estadio Neo Química Arena de São Paulo, Brasil aseguró su clasificación para la Copa del Mundo de 2026 con una victoria importante bajo la dirección del entrenador italiano Carlo Ancelotti.

Este triunfo representó no solo el primer éxito del técnico en su corto ciclo con la selección sudamericana, que comenzó la semana anterior con un empate sin goles en Guayaquil ante Ecuador, sino también un paso decisivo hacia la clasificación mundialista.

El partido, que contó con la presencia de miles de aficionados brasileños, fue una muestra clara del crecimiento del equipo. Los locales dominaron gran parte del encuentro y lograron la diferencia gracias a un tanto de Vinicius Junior, uno de los prototipos de la exitosa cantera del Real Madrid.

Vinicius, que ya había sido un elemento clave en clubes europeos, aprovechó una asistencia dentro del área en una jugada de táctica rápida y logró marcar en el cierre del primer tiempo, dando a Brasil la ventaja en un momento crucial.

Este gol fue particularmente emotivo para Ancelotti, quien no ocultó su satisfacción y felicitó a sus jugadores en el área técnica. La victoria también refuerza la confianza en el proceso de renovación que vive el fútbol brasileño, que ha mantenido estándares históricos con múltiples títulos mundiales en su historia, siendo uno de los países más exitosos en los mundiales.

Desde su primer campeonato en 1958 hasta 2002, Brasil ha sido referencia en el fútbol mundial, y ahora continúa en la lucha para volver a levantar la copa.

Los paraguayos, que buscaban mantenerse en la lucha por un cupo al Mundial, intentaron mantener el orden defensivo y aprovechar alguna pelota quieta para generar peligro.

Sin embargo, no pudieron poner en apuros a la portería de Alisson, quien nuevamente demostró ser uno de los arqueros más confiables del mundo. La única oportunidad relevante de Paraguay fue un remate de media distancia de Miguel Almirón, que fue contenido por el arquero del Liverpool.

En la segunda mitad, Brasil dominó con mayor autoridad, controlando el balón y generando varias oportunidades de aumentar la ventaja. Raphinha destacó por su desequilibrio en el ataque, mientras que Casemiro aportó en la recuperación y distribución en el medio campo. La defensa paraguaya, liderada por Juan José Cáceres, se esforzó en contener las embestidas brasileñas, pero no pudo evitar el sobresaliente dominio local.

Frente a la portería rival, Gabriel Avalos ingresó en los minutos finales en busca de oxigenar el ataque paraguayo, pero sin chances claras para marcar.

Brasil, en cambio, se mostró muy sólido en defensa y efectivo en el ataque, finalizando con un control absoluto del juego y asegurando su pasaje mundialista.

Este resultado también tiene un peso histórico para Ancelotti, quien desde que asumió en Brasil ha tratado de adaptar su estilo europeo a las particularidades del fútbol sudamericano, logrando consolidar un equipo competitivo, agresivo y con identidad propia.

La clasificación al Mundial de 2026, que se disputará en 16 países de América del Norte y Central, será un logro más en su trayectoria, que incluye exitosos períodos en clubes como AC Milan, Chelsea, y Real Madrid.

En términos económicos, la inversión en los jugadores brasileños y en el desarrollo de su infraestructura continúa siendo significativa, con presupuestos que superan los 55 millones de euros (unos 50 millones de libras) en algunos casos, reflejando la ambición del país de mantener su estatus de potencia en el fútbol mundial.

La clasificación al Mundial, además, promete generar importantes ingresos por derechos televisivos y patrocinio, fortaleciendo aún más su economía deportiva.

En definitiva, Brasil reafirmó su posición como uno de los favoritos en las eliminatorias sudamericanas y con una plantilla joven y talentosa, aspira a conquistar una sexta Copa del Mundo que ratifique su legado en la historia del fútbol global.