Miguel Russo vuelve a Boca Juniors en una operación que implicó la desvinculación del DT con San Lorenzo y una inversión aproximada de 43 millones de euros. El entrenador ya trabaja junto al club para preparar la participación en el Mundial de Clubes y reforzar el plantel de cara a los próximos torneos.

Miguel Russo oficializó su regreso a Boca Juniors, en una operación que ha generado expectativa en el fútbol sudamericano. La vuelta del entrenador de 69 años se concretó después de que alcanzara un acuerdo para resolver su salida de San Lorenzo, club con el que tenía contrato vigente.

El vínculo con el Ciclón tenía una duración de seis meses, pero Russo fue quien solicitó rescindirlo, por lo que debió abonar una indemnización cercana a los 1,2 millones de dólares brutos, equivalentes a aproximadamente 1,1 millones de euros, para saldar su compromiso.

Además, parte de esa suma fue deducida de una deuda pendiente entre Russo y San Lorenzo. Posteriormente, el club de Buenos Aires decidió compensar al técnico en su nuevo contrato con Boca, siguiendo un esquema similar al que se utilizó con Fernando Gago en su momento.

La transferencia entre ambos clubes implicó algunos trámites burocráticos, incluyendo transferencias bancarias, reuniones con abogados y escribanos para oficializar cada paso.

Aunque inicialmente se esperaba que Boca anunciara oficialmente la incorporación de Russo a sus redes sociales el jueves, la confirmación se retrasó para el viernes, tras cerrar los últimos detalles administrativos.

La confirmación oficial se realizó en las instalaciones del predio de Boca en Ezeiza, donde Russo comenzó a trabajar en el plantel, aunque aún no puede dirigirse públicamente ni lucir la camiseta del club por motivos legales.

Russo ya está en contacto directo con el presidente del club, Juan Román Riquelme, y con el consejo de fútbol, con quienes empezó a delinear los aspectos deportivos del equipo.

Uno de los principales objetivos será preparar el plantel para la salida hacia Estados Unidos, donde Boca participará en el Mundial de Clubes. La competición comenzará el 16 de junio frente a Benfica en Miami, y posteriormente jugará contra el gigante alemán Bayern Múnich y el equipo de Nueva Zelanda, Auckland City, en Nashville, en partidos que podrían marcar el regreso del club a la elite del fútbol mundial.

En su primer día en Boca, Russo se centró en definir la situación del plantel y en tomar decisiones importantes. La primera de ellas fue la revisión del caso Marcos Rojo, cuya continuidad en el club está en duda. El experimentado central, de 34 años, tiene contrato hasta fin de año, pero su relación con el consejo se encuentra tensa desde que no se presentó a la última práctica previa al partido contra Independiente por los cuartos del Torneo Argentina.

Russo prioriza la recuperación de Rojo, puesto que el defensor todavía posee un alto nivel de rendimiento y sería clave en la defensa del equipo. Como alternativa, Ayrton Costa, que no cuenta con la visa para viajar a Estados Unidos al tener problemas legales, podría ser la opción para reforzar esa posición.

Paralelamente, Boca trabaja en reforzar distintas líneas del equipo. Uno de los nombres que volvió a sonar con fuerza es el de Leandro Paredes, mediocampista de la Roma, que cuenta con una cláusula en su contrato para regresar al club en caso de interés.

La operación requeriría una inversión de aproximadamente 3,2 millones de euros, que Boca debería pagar para liberar su ficha y que vuelva a vestirse de azul y oro.

El salario del jugador sería uno de los obstáculos, ya que su contrato en Italia es elevado, similar al de otros jugadores en la lista de refuerzos potenciales, como Merino Hinestroza, extremo colombiano de Atlético Nacional, Marco Pellegrino de Huracán y Aníbal Moreno del Palmeiras.

La llegada de Russo no solo cambiará la dirección técnica, sino que también impulsará el mercado del club, que busca potenciar su plantel para encarar con éxito la temporada y la participación en el Mundial de Clubes.

La historia de Russo en Boca tiene raíces profundas: su primer ciclo fue en 2007, cuando conquistó la Copa Libertadores, y el segundo, desde 2020 hasta 2021, en el que logró títulos nacionales e internacionales.

Ahora, con su tercera etapa, busca devolver a Boca a la élite del fútbol mundial y seguir dejando huella en la historia del club.

Este movimiento estratégico, valorado en aproximadamente 43 millones de euros, refleja la apuesta del club por la experiencia y la dirección de Russo, un técnico que ha demostrado capacidad de lograr títulos en los clubes que ha dirigido.

La expectativa está puesta en cómo impactará su regreso en la dinámica del equipo y en la conquista de nuevos trofeos en la temporada 2025.