Una serie de errores y malentendidos marcaron un partido de Boca Juniors, que sumó su peor racha sin victorias en la historia del club tras un incidente de reemplazo mal gestionado y una derrota por 1-0 ante Huracán en el Estadio Tomás Adolfo Ducó.
En un episodio que pasará a los anales de la historia del fútbol argentino, Boca Juniors vivió una verdadera serie de descoordinaciones que terminaron con una derrota y la peor racha sin victorias en su trayectoria.
Todo ocurrió en el marco de un partido disputado en el Estadio Tomás Adolfo Ducó, donde el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo mostró una desconcentración total y un enredo que dejó a todos sorprendidos.
El primer tiempo fue dominado claramente por Huracán, que controló las acciones y llevó peligro al arco xeneize. Sin embargo, la mayor confusión comenzó en el descanso, cuando Russo decidió hacer un cambio para intentar modificar el rumbo del partido. El entrenador ordenó la entrada de Milton Giménez, un delantero que en ese momento estaba en el campo, pero lo que ocurrió fue un error de comunicación que dejó a todos perplejos.
Según informes, el cambio fue anunciado de manera confusa y, en medio del desconcierto, el jugador uruguayo Miguel Merentiel, que en ese momento no había sido reemplazado, creyó que debía abandonar el campo.
Merentiel, que presumiblemente no fue informado adecuadamente, salió corriendo hacia el vestuario, dejando a sus compañeros y a la parcialidad boquense con la expectativa de un cambio que nunca ocurrió.
La situación fue aún más grave cuando se supo que la puerta del vestuario del equipo visitante sufrió daños, ya que Merentiel rompió un vidrio en su enojo.
La confusión generó que la seguridad del club y la dirigencia de Huracán solicitaran los costos para reparar los daños ocasionados. En la rueda de prensa posterior, Russo intentó minimizar lo ocurrido y atribuyó el error a «un tema de papeles» y una confusión con el cuarto árbitro, algo que dejó aún más perplejos a los espectadores y aficionados.
Por si fuera poco, apenas 20 minutos después de la reanudación, Matko Miljevic logró marcar un golazo al ángulo que le dio la victoria a Huracán.
La derrota reafirmó la situación crítica de Boca, que cerró el partido con 11 partidos consecutivos sin ganar, igualando una de las peores rachas en su historia.
Para poner en perspectiva esta crisis, cabe recordar que en el pasado también hubo incidentes similares en el fútbol argentino. Un ejemplo ocurrió en 2024, cuando Riestra jugaba contra Sarmiento. En esa ocasión, Riestra realizó un doble cambio en el minuto 39 de la segunda parte, pero debido a una confusión, el equipo quedó con 12 jugadores en cancha, ya que no se notó que aún seguía en juego un futbolista que no había sido reemplazado.
Esta situación, insólita, fue resuelta rápidamente pero quedó como un recuerdo de los incidentes surrealistas que pueden suceder en el fútbol.
El partido de Boca, por tantocon estas circunstancias, se añade a una historia llena de episodios inesperados y fallos que la hinchada boquense seguramente recordará por mucho tiempo.
La gestión del club, en medio de esta crisis, ha sido cuestionada y deja en evidencia la necesidad de mejorar los protocolos y la comunicación interna para evitar que errores como estos vuelvan a suceder en un deporte que, además de ser pasión, requiere de organización y coordinación.
En definitiva, el episodio en el estadio de Huracán no solo marcará un capítulo triste para Boca Juniors, sino que también servirá como ejemplo de la importancia de la comunicación clara y efectiva en el fútbol profesional.
Mientras tanto, los jugadores, cuerpos técnicos y aficionados esperan que estas situaciones sean solo anécdotas y que el equipo pueda revertir la racha negativa en los próximos encuentros.