El entrenador Miguel Ángel Russo implementa nuevas decisiones para fortalecer el equipo de Boca Juniors, logrando su primera victoria en 23 partidos y buscando recuperar confianza en el torneo argentino.
En una semana marcada por cambios internos y pensamientos de consolidación, Boca Juniors logró romper una racha negativa de 12 partidos sin victorias en el fútbol argentino, alcanzada en 120 años de historia del club.
La estrategia del técnico Miguel Ángel Russo, quien en los últimos días mostraba signos de agotamiento físico y emocional, ha dado un giro hacia la fortaleza grupal y la recuperación del rendimiento colectivo.
Una de las decisiones más relevantes fue trasladar a todo el plantel a Mendoza para preparar junto a sus jugadores un duelo clave contra Independiente Rivadavia.
El objetivo era fortalecer la unión del grupo y salir de la sequía de resultados adversos. En ese partido, Boca consiguió vencer en condición de visitante, una victoria que significa mucho más que tres puntos, pues supone un impulso moral y una señal de recuperación para un equipo que atraviesa una fase de dudas.
El entrenador Russo, que la semana pasada no pudo brindar conferencias de prensa debido a problemas de voz, expresó en la rueda de prensa posterior que la intención principal es fortalecer las bases del equipo.
“No es la primera vez que paso por esto. Desde 2020, cuando comencé en Boca, siempre he trabajado en la misma línea: competir con altos niveles de rendimiento. Ahora, con el plantel unido, buscamos mejorar en todos los aspectos”, afirmó.
Uno de los aspectos destacados del encuentro fue la entrada de Alan Velasco, quien entró fresco y convirtió un gol importante, su primer tanto desde el pasado 2 de octubre de 2024, cuando jugaba en Dallas FC, en Estados Unidos.
Su celebración fue emotiva y simboliza un regreso esperado en la carrera del joven delantero. Además, Paredes, la figura del equipo y recién reincorporado, debutó en esta etapa con una actuación que confirma su aporte fundamental.
Russo también realizó cambios tácticos, colocando a Lautaro Di Lollo como el primer central y a Rodrigo Battaglia en la función de volante central, acompañando a Leandro Paredes.
La variante en esquema (4-4-2) permitió mayor desequilibrio en ofensiva y mayor solidez en defensa, aspectos que el propio entrenador destacó en sus declaraciones.
Lo que también se vio en Mendoza fue un recambio en el segundo tiempo, con jugadores que aportaron frescura y dinamismo en busca de ampliar el resultado.
El triunfo no solo fue importante por los puntos, sino también por la confianza que genera en un plantel que, tradicionalmente, aspira a pelear en los primeros puestos del torneo.
En su reflexión, Russo afirmó que “en Argentina hoy día no hay equipos que sean claramente superiores, todos los partidos son muy parejos y debemos estar preparados para todo.
Boca tiene un plantel fuerte y grande, y en cada encuentro debemos elegir a los jugadores idóneos según las necesidades”.
El técnico también comentó sobre la situación de Edinson Cavani, quien mostró descontento por un cambio en un partido anterior y lo expresó a Claudio Ubeda, ayudante de campo.
Sin embargo, Russo evitó nombrar a jugadores específicos, resaltando la fuerte dupla defensiva formada por Di Lollo y Pellegrino, y la importancia de mantener un ambiente competitivo y saludable dentro del vestuario.
Para el próximo compromiso, el domingo en La Bombonera, Boca se prepara para enfrentar a Banfield con la esperanza de seguir en ascenso y consolidar esta victoria como punto de partida para un mejor rendimiento futuro.
La victoria en Mendoza, además de recuperar el espíritu competitivo, refleja la capacidad del equipo para adaptarse a los cambios, mejorar en las áreas que aún necesitan fortalecerse y mantener la lucha en la alta competitividad del fútbol argentino.
De esta forma, Boca busca volver a ser protagonista en un campeonato que exige constante adaptación y esfuerzo, con la mira puesta en alcanzar sus objetivos y devolver la confianza a su afición.