El Club Atlético Liniers, donde comenzó Lautaro Martínez, sufre graves pérdidas materiales tras un devastador temporal en Bahía Blanca, mientras el club intenta ayudar a los evacuados.

Este martes, Lautaro Martínez, delantero del Inter de Italia, experimentó una mezcla de alegría y tristeza. Aunque su equipo avanzó a los cuartos de final de la Champions League, el joven futbolista no pudo evitar pensar en su ciudad natal, Bahía Blanca, donde una tormenta devastadora ha causado estragos a su comunidad.

Las imágenes de su ciudad natal, afectada por el temporal, contrastan con su éxito en Europa, llevándolo a reflexionar sobre la situación crítica que enfrentan sus familiares y amigos.

En particular, el Club Atlético Liniers, institución donde Martínez dio sus primeros pasos en el fútbol, ha sido duramente golpeado. Pedro Peñalva, presidente del club, compartió la dura realidad que enfrentan: 'El Complejo Oscar Zibecchi lo borró; lo único que queda es tierra'.

Se estima que los daños ascienden a más de 1 millón de euros, ya que el agua ha inundado el complejo, destruyendo canchas de césped sintético que eran fundamentales para las categorías inferiores del club, afectando a aproximadamente 1.800 jóvenes deportistas.

Peñalva, quien asumió la presidencia hace poco más de seis meses, describió la situación como un golpe devastador para el club y la comunidad. 'Estamos hablando de un complejo que tenía múltiples instalaciones, incluyendo dos canchas de césped para formación, una piscina climatizada y varios espacios recreativos.

Todo eso ha quedado en ruinas', explicó con angustia.

La historia del Club Atlético Liniers está marcada por momentos de gloria y superación. Fundado en 1913, ha sido un pilar en el desarrollo juvenil en la región, donde muchos futbolistas han comenzado sus carreras. Sin embargo, esta no es la primera vez que la institución enfrenta una crisis. Recientemente, un tornado había causado estragos en su infraestructura, derribando torres de iluminación que representaban una inversión significativa.

'Los costos de reparación son enormes. Estimamos que entre 80.000 y 90.000 euros solo por las torres de iluminación que necesitamos reconstruir', comentó el presidente.

La situación es aún más urgente debido a la posibilidad de que estas instalaciones se utilicen no solo para la práctica deportiva, sino también para ayudar a las comunidades afectadas.

'Hemos abierto nuestras puertas para recibir a los evacuados, asistiendo a entre 250 y 300 familias que perdieron sus hogares', informó Peñalva. Además, el club ha colaborado con organizaciones como los 'Boy Scouts' para proporcionar alimentos a los necesitados, distribuyendo más de 300 viandas diarias entre los evacuados.

A pesar del sufrimiento y la devastación, la comunidad de Bahía Blanca ha demostrado una resiliencia admirable. La ayuda emergente ha sido fundamental, pero las necesidades son enormes. Peñalva resaltó que no puede solicitar ayuda a la municipalidad, pues las prioridades del gobierno son ayudar a quienes han perdido todo y que incluso sufren la pérdida de seres queridos.

'No me siento en la posición de pedir recursos cuando hay vidas en juego. Lo que necesitamos, en este momento, es solidaridad entre nosotros mismos', concluyó.

Con la esperanza de que la situación mejore, el Club Atlético Liniers ha hecho lo posible para seguir ayudando a su comunidad, aunque el camino hacia la reconstrucción será largo y costoso.