La selección argentina afronta con optimismo el cierre de las Eliminatorias Sudamericanas tras una ajustada derrota ante Ecuador, destacando el rendimiento general y las lecciones para el próximo Mundial. La incertidumbre en algunos puestos y la necesidad de mantener el nivel de cara a la Copa del Mundo marcan el análisis del proceso.
El vestuario visitante en el estadio Monumental de Guayaquil refleja una atmósfera cargada de emociones, donde predominan expresiones de frustración y cierto descontento tras la derrota por 0-1 ante Ecuador.
Es una escena poco común desde la obtención de la Copa América 2021, pero también un espejo de que la selección albiceleste ha construido desde entonces un aura de vencedora que busca mantener en cada partido.
Esa derrota representa un tropiezo en las eliminatorias sudamericanas, en las que Argentina sumó cuatro derrotas en 18 partidos, una racha que, sin embargo, ha sido dominadora, con mucho margen de ventaja respecto a sus perseguidores.
A nueve meses del Mundial de Catar 2022, en el que Argentina fue campeona, los resultados recientes sirven como advertencia para no confiarse, ya que los otros 47 clasificados anhelan destronar a los campeones actuales.
En ese contexto, el cuerpo técnico liderado por Lionel Scaloni ha analizado detenidamente el proceso, confirmando algunas certezas y también identificando áreas de mejora.
La valoración general del ciclo es positiva; pese a la derrota, el equipo ha demostrado solidez y un crecimiento paulatino.
En la zona mixta, tras el partido, jugadores como Nicolás Tagliafico expresaron su visión: "No podemos quedarnos solo con este resultado, fue un partido duro, pero el balance global es muy bueno.
Lo importante es que tuvimos una ventaja de 10 puntos con cuatro partidos por jugarse, estamos satisfechos con el rendimiento. Las Eliminatorias sudamericanas son muy duras, Ecuador hizo un gran papel en el último Mundial y seguramente será un rival peligroso en la próxima Copa".
Por su parte, Gio Lo Celso, quien volvió a demostrar un buen nivel tras superar lesiones que incluso lo marginaron del Mundial, afirmó: "Aunque hoy nos vamos con un sabor amargo por la derrota, valoro mucho lo que logramos en general.
La competencia en Sudamérica es muy equilibrada y nos enfrentamos a equipos que juegan con mucha intensidad. A pesar de los obstáculos, la selección mostró carácter y siempre buscó dar la cara".
El análisis también revela aspectos a fortalecer. La ausencia de Lionel Messi en partidos clave, como en Barranquilla o Guayaquil, evidenció la importancia del capitán en la estructura del equipo, no solo por su fútbol, sino por su liderazgo y presencia que imponen respeto.
Cuando Messi no está, la necesidad de un referente que asuma ese rol se hace evidente, siendo Thiago Almada uno de los jóvenes más destacados en esa función en 2025.
Por otro lado, la defensa ha mostrado signos de vulnerabilidad en partidos donde la pieza habitual, como Cristian 'Cuti' Romero, no estuvo presente. Los laterales, aunque han tenido buenos momentos, todavía generan incertidumbre respecto a la continuidad y el recambio. La dupla Gonzalo Montiel y Marcos Acuña ha mostrado mejoras en River, pero el diseño de una línea defensiva sólida y confiable sigue siendo uno de los desafíos prioritarios de cara a la Copa del Mundo.
El ataque, por su parte, guarda la esencia de la posesión. Cuando la Argentina logra mantener el control del balón y generar juego, el equipo se hace más peligroso. Sin embargo, en Guayaquil, esa fluidez no estuvo a la altura de lo habitual y la cantidad de pases fue notablemente menor. Julián Álvarez y Lautaro Martínez representan diferentes perfiles y son indispensables para el esquema, pero necesitan nutrirse de la misma generación de juego para potenciar su rendimiento.
En el desarrollo de jugadores jóvenes como Franco Mastantuono, Nico Paz o Valentín Carboni, reside la experiencia que fortalecerá a la selección en el futuro.
Los partidos y entrenamientos han sido catalizadores en su crecimiento, y la continuidad en sus clubes será clave para que mantengan el ritmo.
El ciclo actual además tiene como objetivo recuperar la posición de privilegio en el ranking FIFA, que Argentina perdió ante España tras la Copa del Mundo.
En ese camino, la próxima competencia será la Copa América 2024, donde el bicampeonato en Estados Unidos sirvió para reafirmar el nivel del equipo y preparar el siguiente desafío.
Lautaro Martínez, capitán del equipo, destacó: "Desde el primer momento, esta selección ha buscado estar en lo más alto en cada torneo. La clasificación, el trabajo constante en los entrenamientos y la imagen que mostramos nos llenan de orgullo. Hoy terminamos las Eliminatorias en la punta y eso nos motiva para lo que viene". Con nueve meses por delante, la expectativa es mantener ese nivel, corregir deficiencias y seguir generando ilusiones en una afición que confía en la capacidad de su selección para afrontar los desafíos que se avecinan.