La teleasistencia gratuita de Castilla y León continúa creciendo y demuestra su fortaleza ante situaciones críticas, alcanzando más de 58.000 usuarios en la actualidad.
El servicio público y gratuito de teleasistencia de la Junta de Castilla y León ha experimentado un notable incremento en su alcance y eficacia en los últimos años, alcanzando ya la cifra de más de 58.000 usuarios activos. Este sistema, pionero en su implementación y referente en la región, ha demostrado ser una herramienta esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas mayores y en situación de dependencia que prefieren permanecer en sus hogares.
Desde su puesta en marcha, la teleasistencia ha sido un ejemplo claro de cómo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden transformar la atención social y sanitaria, logrando un equilibrio entre innovación y humanización.
El último contrato adjudicado en 2023 para la gestión del servicio tuvo un presupuesto aproximado de 39,86 millones de euros, equivalentes a unos 36 millones de euros, para ser ejecutados en un período de tres años con posibilidad de prórroga hasta cinco.
Esta inversión refleja el compromiso de la Junta por mantener y potenciar un servicio que ha demostrado ser vital en la protección de los colectivos más vulnerables.
En cifras, la inversión por usuario se sitúa en torno a 690 euros, una cantidad que, en comparación con otros países europeos, resulta muy coste-eficiente considerando el impacto social y la prevención de emergencias.
La vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, visitó recientemente la sala de operaciones del centro de atención, ubicada en Valladolid, donde 169 teleoperadores trabajan de forma continua atendiendo llamadas y alarmas, y 128 técnicos coordinan las acciones a seguir en cada caso.
Blanco felicitó a todo el equipo por su dedicación y eficiencia, resaltando que casi el 100 % de los usuarios se declara satisfecho con el servicio, según la última encuesta realizada a finales de 2024.
Además, subrayó la importancia del compromiso de los profesionales durante eventos críticos, como el apagón masivo del pasado 28 de abril, cuando el sistema permaneció operativo gracias a las fuentes de energía ininterrumpidas y a las unidades móviles desplegadas.
El sistema de teleasistencia funciona mediante un terminal instalado en el domicilio del usuario, que puede activar con un simple botón una línea directa con el centro de atención, disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.
Además, en su versión avanzada, el sistema integra comunicaciones automáticas a través de dispositivos móviles, sensores y detectores que monitorean humos, gases, caídas, inactividad o presencia, permitiendo una respuesta rápida ante emergencias o situaciones de riesgo prolongado.
Este modelo no solo responde a emergencias técnicas, sino que también crea un vínculo de confianza que permite a los profesionales detectar situaciones de soledad no deseada, maltrato, riesgo de suicidio o sobrecarga del cuidador.
La atención personalizada, con un profesional de referencia para cada usuario, facilita la detección de problemas complejos relacionados con el aislamiento social, la salud mental o el bienestar emocional.
El pasado 28 de abril, cuando toda la región y el país en general sufrieron un apagón que dejó sin electricidad a miles de hogares, el servicio de teleasistencia demostró su fortaleza y capacidad de respuesta.
Gracias a los sistemas de respaldo y a la movilización de recursos, se recibieron más de 151.000 alarmas, de las cuales cerca de 10.000 fueron pulsaciones de botones de usuarios en situación de emergencia. Tras la recuperación del suministro eléctrico, los teleoperadores contactaron a todos los usuarios que activaron sus alarmas para verificar su estado y resolver cualquier incidencia.
Este ejemplo refleja que el modelo de teleasistencia impulsado por la Junta de Castilla y León no solo es moderno y eficiente, sino que también es humano y cercano.
La inversión en tecnología, formación y recursos, junto con la dedicación de los profesionales, asegura que ningún usuario quede desatendido en momentos críticos, consolidando así un sistema de atención social que continúa siendo un referente en España y Europa en el cuidado de las personas mayores y dependientes.