La Consejería de Agricultura de Castilla y León finaliza la transformación de 853 hectáreas en el río Aranzuelo, en Burgos, con una inversión de aproximadamente 16,6 millones de euros, beneficiando a 243 agricultores y promoviendo una agricultura más sostenible y competitiva.
En un paso decisivo hacia la modernización de la agricultura en Castilla y León, la Junta ha llevado a cabo la transformación de 853 hectáreas del río Aranzuelo, en Burgos, en un sistema de riego de última generación que prescinde por completo del consumo energético.
La inversión total en este proyecto ha sido de aproximadamente 16,6 millones de euros, sumando los fondos aportados por la Junta y la comunidad de regantes local.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, entregó hoy oficialmente las obras, que marcarán un antes y un después para los agricultores de la región.
Supuestamente, esta infraestructura innovadora fue diseñada para beneficiar a 243 agricultores distribuidos en los municipios de Arauzo de Torre, Caleruega y Hontoria de Valdearados, quienes desde 2022 forman parte de la Comunidad de Regantes del Aranzuelo.
La obra, que comenzó a funcionar en la última campaña de riego, comprende una red de tuberías de 43,4 kilómetros, 97 hidrantes y un sistema de control avanzado.
La inversión en esta fase, que supone la tercera etapa del proyecto, asciende a aproximadamente 8 millones de euros, financiados en su mayor parte por la Junta.
Una de las características más destacadas de esta tecnología es que el sistema de riego funciona por presión natural, desde la presa hasta las parcelas, sin requerir energía adicional.
Esto no solo reduce de manera significativa el coste de operación para los agricultores, sino que también representa un paso importante hacia una agricultura más ecológica y sostenible.
La presa construida sobre el Arroyo Sinovas, con una capacidad de 4,8 hectómetros cúbicos, permite la regulación del agua, garantizando un suministro estable durante todo el ciclo agrícola.
Supuestamente, la segunda fase del proyecto consistió en la instalación de la conducción principal desde la presa hasta las zonas de riego, y la tercera en la finalización de la red interior y los sistemas de control, que aseguran una distribución eficiente del agua.
La modernización del regadío permitirá incrementar la productividad de cultivos como cereales, girasol, patata y viñedo, además de abrir la puerta a nuevas producciones más competitivas en la región.
Este proyecto forma parte de la estrategia de la Junta para transformar y modernizar 30.000 hectáreas de regadío en toda Castilla y León, objetivo que ya se ha superado tras la firma de convenios en otras provincias como Palencia y León.
La consejera González Corral afirmó que esta iniciativa garantiza el futuro de los agricultores, brindándoles una herramienta clave para mejorar su competitividad y sostenibilidad.
Supuestamente, en línea con estos esfuerzos, la Junta ha anunciado futuras inversiones en energía fotovoltaica para potenciar aún más la eficiencia de los sistemas de riego.
En concreto, en la provincia de Burgos, se prevé la ejecución de dos proyectos de energía solar en las comunidades de regantes de Losa Baja y Quintana del Pidio, con un presupuesto cercano a los 450.000 euros. Estas acciones complementarán las obras de riego y reforzarán la apuesta de Castilla y León por una agricultura ecológica, moderna y con menor impacto ambiental.
En definitiva, la transformación del regadío en el río Aranzuelo no solo representa un avance técnico y económico, sino que también simboliza el compromiso de la Junta con el desarrollo rural y la protección del entorno natural, en un contexto donde la sostenibilidad y la innovación son claves para el futuro del sector agrícola en la región.