La Junta de Castilla y León realiza un seguimiento exhaustivo de las poblaciones de garzas reproductoras, identificando las especies más amenazadas y las áreas clave para su conservación en la región.

En 2024, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León llevó a cabo un censo detallado para evaluar la situación de las especies de garzas que nidifican en la comunidad, con el objetivo de implementar medidas de protección y conservación efectivas.

Este estudio forma parte del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad, que desde 2019 realiza registros anuales con la colaboración de agentes medioambientales, técnicos especializados y la Fundación del Patrimonio Natural.

El censo de 2024 arrojó una estimación de entre 335 y 362 parejas reproductoras distribuidas en 20 enclaves en 13 provincias de Castilla y León, en un total de 63 localidades prospectadas.

A pesar de que estas aves tienen una amplia distribución en la región, aproximadamente la mitad de la población se concentra en solo tres áreas principales, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de las colonias más pequeñas.

Las especies de garzas que más se detectaron fueron el martinete común, con alrededor de 134 a 142 parejas en cinco localidades, seguido de la garza imperial, con aproximadamente 114 a 123 parejas en 13 localidades.

La garcilla bueyera también mostró una presencia significativa, con entre 71 y 78 parejas en tres colonias. La garceta común, por su parte, solo contó con entre 5 y 7 parejas en tres localidades, evidenciando su menor abundancia en la región.

Un dato destacado es la expansión de la espátula común, que continúa estableciendo colonias en Castilla y León desde su primera reproducción registrada en 2006.

Desde entonces, ha pasado de una pequeña colonia en Ávila a varias localidades en Zamora, Palencia y Salamanca. En 2024, se estimaron entre 11 y 12 parejas dispersas en diferentes puntos, consolidando su presencia en la región.

El principal enclave reproductor de estas aves es el embalse de Tímmulos, en el río Duero cerca de Toro (Zamora), donde se registraron entre 85 y 95 parejas de cuatro especies distintas.

Otros sitios importantes incluyen La Viuda, en el entorno del río Bernesga (León), con aproximadamente 56 a 57 parejas, y las cercanías del embalse de Ricobayo en Zamora, con unas 33 a 39 parejas.

En cuanto a la distribución provincial, los resultados muestran una variabilidad significativa. En provincias como Ávila, Burgos, Segovia y Soria no se detectaron colonias de garzas, mientras que en León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora se localizaron diferentes cantidades de parejas y colonias.

En Zamora, por ejemplo, se detectaron entre 173 y 189 parejas en cinco localidades, siendo la provincia con mayor actividad reproductora.

Históricamente, la presencia de estas aves en Castilla y León ha sido irregular, pero el interés por su conservación ha crecido en los últimos años.

La primera reproducción documentada de espátula en la comunidad ocurrió en 2006, en una colonia de garzas reales en Ávila, y desde entonces su presencia se ha ido consolidando en varias localidades.

Sin embargo, la especie aún enfrenta amenazas, principalmente por la pérdida de hábitats adecuados y la alteración de los humedales.

El seguimiento de estas especies no solo ayuda a determinar su estado actual, sino que también revela la importancia que tienen los humedales de Castilla y León como refugios y áreas de reproducción para estas aves acuáticas.

La región, que posee una extensa red de ríos, lagunas y embalses, es considerada un refugio vital para la conservación de muchas especies de aves, muchas de las cuales están en declive a nivel europeo.

El programa de monitoreo, que se realiza de manera periódica y con metodologías estandarizadas, permite detectar tendencias en las poblaciones a medio y largo plazo.

Esto resulta crucial para diseñar políticas de protección específicas y para garantizar que las especies más amenazadas, como la garza imperial y el avetoro, puedan seguir reproduciéndose en la región.

Para consultar más detalles sobre estos estudios y el estado de conservación de las garzas en Castilla y León, se puede visitar la página oficial de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio: https://medioambiente.jcyl.es/web/es/medioambiente/medio-natural/monitorizacion-estado-conservacion-biodiversidad.html. La labor de seguimiento y protección de estas aves es fundamental para mantener la biodiversidad de la región y preservar un patrimonio natural que tiene un valor incalculable para la región y para Europa en su conjunto.