La Junta de Castilla y León destinará más de 10 millones de euros a la instalación de sistemas fotovoltaicos en 93 centros sanitarios, logrando un ahorro de más de 2,2 millones de euros anuales y reduciendo significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

La región de Castilla y León ha puesto en marcha un plan estratégico para potenciar la energía solar en el sector sanitario, con una inversión superior a los 10 millones de euros destinados a instalar sistemas fotovoltaicos en 93 centros de salud y hospitales públicos.

Este ambicioso proyecto no solo busca reducir la huella ecológica de la administración, sino también generar un ahorro económico significativo, estimado en más de 2,2 millones de euros anuales en costes de electricidad.

El acuerdo, firmado entre la Consejería de Economía y Hacienda y la Consejería de Sanidad, contempla una inversión total que supera los 10 millones de euros, financiados en un 60 % por fondos europeos a través del programa FEDER.

La iniciativa permitirá la instalación de aproximadamente 10 megavatios (MW) de potencia fotovoltaica, suficientes para reducir en más de 5.100 toneladas las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a los compromisos medioambientales de la comunidad.

Este plan de autoconsumo se enmarca dentro de la estrategia regional de promover energías renovables, que en 2024 aumentó en un 47 % su potencia instalada respecto al año anterior, alcanzando un total de 390,3 MW distribuidos en más de 20.500 instalaciones. Además, Castilla y León ha aprobado en 2024 la creación de 5.333 nuevas instalaciones de autoconsumo, con una inversión total que supera los 125 millones de euros, apoyadas en fondos Next Generation de la Unión Europea.

Dentro del sector sanitario, ya se han realizado las instalaciones en los hospitales Universitario Río Hortega y Clínico Universitario de Valladolid, así como en el Clínico Universitario de Salamanca, con una potencia instalada de 1,65 MW, una inversión de aproximadamente 1,6 millones de euros, y una reducción estimada de 853 toneladas de CO2 anuales.

Estas instalaciones aportan un ahorro eléctrico de más de 400.000 euros cada año.

Otras obras en marcha incluyen proyectos en hospitales de León, Soria y Segovia, con una inversión global cercana a los 1.000 millones de pesetas (aproximadamente 6 millones de euros), y se espera que todas las instalaciones estén operativas antes de finalizar 2026. Además, se están llevando a cabo análisis de consumo en 349 edificios públicos, priorizando aquellos con mayor demanda energética, como residencias, centros administrativos y educativos, con el fin de maximizar el ahorro y la reducción de emisiones.

El plan regional también contempla la gestión eficiente de los recursos energéticos a través de plataformas digitales como OPTE, que permite controlar y optimizar el consumo eléctrico de los edificios públicos.

Esto facilita la priorización de actuaciones y la planificación de futuras instalaciones fotovoltaicas.

Recordando el pasado, Castilla y León fue pionera en la implementación de energías renovables en el sector sanitario con el programa Hospisol 2004–2014, que instaló sistemas solares térmicos en 16 hospitales, cubriendo el 60 % de su demanda de agua caliente sanitaria y logrando un ahorro equivalente a más de 240 toneladas de petróleo al año.

Este proyecto fue galardonado con el Premio Europeo en 2008, reconociendo su excelencia y contribución a la eficiencia energética.

En definitiva, la apuesta de la Junta por la energía solar en el sector sanitario refleja su compromiso con un modelo de gestión pública más sostenible, eficiente y respetuoso con el medio ambiente, alineándose con las metas europeas de descarbonización y transición energética para 2030.