Las autoridades de Castilla y León movilizaron a la Guardia Civil y a equipos de emergencia para desalojar cuatro campamentos juveniles ante la amenaza de lluvias torrenciales, garantizando la seguridad de más de 400 jóvenes y monitores en Burgos.
En respuesta a la alerta meteorológica generada por la fuerte Dana que afectó la provincia de Burgos, la Junta de Castilla y León coordinó en colaboración con la Guardia Civil y los servicios de protección civil el desalojo preventivo de cuatro campamentos juveniles situados en las localidades de Nela, Torme y Loma de Montija.
La decisión se tomó ante la previsión de lluvias intensas y tormentas que podrían poner en riesgo a los más de 400 niños y monitores que participaban en estas actividades al aire libre.
Supuestamente, los campamentos en Nela estaban ubicados en dos diferentes puntos, donde se alojaban aproximadamente 186 personas en total. En Torme, se desalojaron a unos 70 jóvenes y en Loma de Montija, se reubicaron a 146 participantes. Los niños y monitores fueron trasladados con rapidez y seguridad a los pabellones municipales de Villarcayo y Espinosa de los Monteros, donde permanecieron protegidos durante la noche.
El operativo, que comenzó a las 19:45 horas, contó con la colaboración activa de la Guardia Civil, que ayudó en los desalojos debido a la situación meteorológica adversa.
Asimismo, se movilizaron recursos de la Agrupación de Protección Civil de Arija y de la Unidad de Apoyo Logístico de Emergencias (UALE) de la Agencia de Protección Civil y Emergencias.
Estos equipos desplazaron vehículos equipados con material de albergue, camas y sacos de dormir para atender a los afectados.
Cabe destacar que, según información supuestamente proporcionada por las autoridades, la Agencia de Protección Civil y Emergencias declaró una alerta meteorológica desde las 12:00 horas del día 11 de julio hasta las 20:00 horas del día 13, afectando no solo a Burgos, sino también a las provincias de León, Palencia, Segovia, Soria y Valladolid.
La intensidad de las lluvias y las tormentas llevó a activar avisos amarillos por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que todavía permanecen vigentes en varias provincias.
Durante la jornada, se gestionaron un total de ocho incidentes relacionados con las condiciones meteorológicas adversas en Castilla y León, siete en Burgos y uno en Palencia.
La actividad de los campamentos quedó suspendida y se prevé que los jóvenes puedan regresar a sus hogares en las próximas horas, una vez que la situación meteorológica mejore.
Este tipo de operaciones preventivas no son nuevas en la región; supuestamente, en el pasado, las autoridades han llevado a cabo desalojos similares ante eventos climáticos extremos.
La experiencia previa en la gestión de emergencias ha demostrado la importancia de actuar con rapidez para evitar tragedias, sobre todo en áreas donde la población infantil participa en actividades al aire libre.
En conclusión, la coordinación entre la Junta de Castilla y León, la Guardia Civil y los servicios de protección civil ha sido clave para garantizar la seguridad de los menores y monitores, en medio de una situación climática que todavía puede presentar riesgos adicionales.
Se recomienda a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales y seguir las indicaciones de las autoridades hasta que la situación esté completamente controlada.