La Junta activa una advertencia ante la intrusión de partículas de polvo procedentes del norte de África, que impactarán en la calidad del aire de Castilla y León durante los próximos días, recomendando precauciones para grupos vulnerables.

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha emitido una alerta ante la previsión de una intrusión significativa de partículas de polvo provenientes del desierto del Sahara, que afectará la calidad del aire en toda la comunidad desde la tarde del 16 de junio hasta al menos el 19 de junio.

Este fenómeno, aunque natural, puede tener efectos adversos en la salud de personas con condiciones respiratorias, cardíacas y en aquellos que pertenecen a grupos de riesgo.

Históricamente, la llegada de polvo sahariano a Europa no es un fenómeno nuevo. Desde hace décadas, los científicos han registrado episodios periódicos de intrusión de polvo del Sahara, especialmente durante los meses de verano, influenciados por patrones climáticos como los vientos alisios.

Estos eventos pueden extenderse desde unas pocas horas hasta varios días, y en ocasiones, cubrir toda la península ibérica, afectando también otros países del sur de Europa.

Según los modelos de predicción atmosférica, las partículas de polvo, principalmente PM10 (de tamaño inferior a 10 micras), podrían alcanzar concentraciones superiores a 50 microgramos por metro cúbico en un período de 24 horas.

Para ponerlo en perspectiva, este valor es aproximadamente diez veces superior a los límites recomendados para la protección de la salud, lo que genera una calidad del aire muy desfavorable en la región.

La presencia de estas partículas puede causar irritación en ojos, garganta, así como dificultar la respiración en personas sensibles.

Aunque la normativa europea y española no establece umbrales específicos para la alerta en estas circunstancias, las autoridades sanitarias recomiendan extremar las precauciones.

Para la población general, en niveles moderados, se sugiere limitar la realización de actividades físicas intensas al aire libre y mantenerse atentos a la aparición de síntomas como tos, irritación ocular, fatiga o dificultad para respirar.

En el caso de grupos vulnerables, como personas con asma, enfermedades respiratorias o cardiovasculares, se aconseja reducir la exposición, evitar esfuerzos prolongados y seguir rigurosamente los planes de medicación.

Además, se recomienda evitar la quema de restos vegetales al aire libre y cualquier actividad que pueda incrementar las emisiones de partículas en el ambiente.

La exposición prolongada a estos niveles elevados de polvo puede agravar condiciones preexistentes y en algunos casos, provocar complicaciones de salud.

Desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio se realizará un seguimiento constante de la calidad del aire durante estos días, y se habilitarán recursos en línea para consultar datos en tiempo real.

Los ciudadanos pueden acceder a información actualizada a través de la página oficial de la Junta de Castilla y León, el portal del Ministerio para la Transición Ecológica, o la Agencia Europea de Medio Ambiente.

En definitiva, aunque el fenómeno sea de carácter natural, la población debe estar alerta y tomar las medidas necesarias para proteger su salud, especialmente en los días de mayor concentración de partículas.

La experiencia demuestra que estos episodios, aunque temporales, requieren una adecuada gestión y concienciación ciudadana para reducir sus efectos en la salud pública y en la calidad ambiental de la región.