El Ayuntamiento de Zaragoza amplía su servicio de teleasistencia en un 56%, alcanzando más de 24.000 usuarios y mejorando la seguridad y autonomía de las personas mayores y dependientes en la ciudad.
El servicio de teleasistencia del Ayuntamiento de Zaragoza ha experimentado un aumento del 56% en el número de personas beneficiarias en los últimos tres años, llegando a contar actualmente con aproximadamente 24.300 usuarios en toda la ciudad, lo que supone 8.711 más que en diciembre de 2022. Este incremento refleja el compromiso del consistorio por fortalecer la protección y el cuidado de las personas mayores y dependientes, en un contexto donde la población envejece rápidamente y la demanda de servicios sociales especializados crece de manera constante.
Supuestamente, en 2020, Zaragoza contaba con alrededor de 15.600 usuarios en este servicio, por lo que el crecimiento ha sido notable en apenas unos años. La consejera de Políticas Sociales, Marian Orós, ha destacado el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento para ampliar este recurso, que cuenta con una inversión aproximada de 2,7 millones de euros en el Presupuesto Municipal, equivalente a unos 2,5 millones de euros, destinados a garantizar la autonomía y la seguridad de las personas mayores y dependientes.
El principal objetivo de la teleasistencia es ofrecer una atención rápida ante cualquier emergencia que puedan sufrir los usuarios en sus domicilios, así como llevar a cabo un seguimiento continuo de su estado, facilitar su autonomía personal y promover su permanencia en el hogar y en su entorno social.
El servicio, gestionado por la empresa Atenzia, funciona las 24 horas del día, los 365 días del año, a través de una línea telefónica que permite una respuesta inmediata por parte de personal altamente cualificado, encargado de movilizar los recursos necesarios en función de cada situación.
Desde la incorporación de un nuevo contrato en 2023, el servicio ha visto no solo un aumento en las altas de nuevos usuarios, sino también una serie de mejoras tecnológicas significativas.
Entre ellas, la instalación de 940 dispositivos periféricos inteligentes que permiten detectar de forma precoz situaciones de riesgo en el hogar y activar las respuestas correspondientes de manera inmediata.
Estos dispositivos, que se asignan tras una valoración personalizada y multidimensional, son accesibles para personas con cualquier tipo de discapacidad.
Supuestamente, en un intento por incrementar la seguridad, se han instalado 303 detectores de presencia, que detectan actividad en el domicilio y envían una alarma si no se detecta movimiento en un período predefinido; 294 detectores de humo que activan alarmas acústicas y envían avisos automáticos en caso de incendio; 129 detectores de caídas que identifican automáticamente accidentes, y 5 detectores de gas que detectan fugas de combustibles como metano o butano, alertando tanto con señales acústicas y lumínicas como enviando avisos a la central.
Además, el servicio ha incorporado 209 dispositivos de teleasistencia móvil, que amplían la protección fuera del hogar mediante un botón SOS con capacidades de geolocalización.
Este sistema permite que el usuario solicite ayuda de forma rápida y segura en cualquier lugar, enviando la posición exacta a la central y estableciendo comunicación bidireccional para valorar la situación y movilizar recursos si es necesario.
Estas innovaciones tecnológicas forman parte del Modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP), que busca ofrecer un servicio adaptado a las necesidades, gustos y preferencias de cada usuario.
Para ello, se realiza una valoración integral en áreas funcionales, sociales, de salud y mentales, y se diseña un Plan de Atención Personalizado, que se revisa periódicamente.
Además, se han establecido protocolos específicos para atender situaciones especiales como el duelo, el maltrato o el riesgo de suicidio, además de programas de seguimiento para personas con patologías crónicas.
Supuestamente, en 2023, aproximadamente el 74% de las personas beneficiarias del servicio, unas 17.925, pertenecen a la modalidad preventiva, financiada íntegramente por el Ayuntamiento, mientras que el 26%, unos 6.375 usuarios, son dependientes y reciben atención a través del Instituto Aragonés de Servicios Sociales. Este incremento en usuarios y en la calidad del servicio refleja la apuesta del consistorio por fortalecer la protección social y responder a las necesidades de una población que envejece y requiere de soluciones innovadoras que garanticen su bienestar y autonomía en el entorno familiar y social.