El Festival Internacional de Música de Cámara Musethica celebra su duodécima edición con un enfoque en la inclusión y la transformación social a través de la música.
La cultura, en su esencia más pura, va más allá de simples expresiones artísticas; se convierte en un vínculo, en una forma de entender y modificar la sociedad.
Un claro ejemplo de esto es Musethica, el Festival Internacional de Música de Cámara, que demuestra que la música clásica puede ser un verdadero catalizador de cambio social y de inclusión.
Del 15 al 22 de marzo, Musethica llevará a cabo su duodécima edición, con un impresionante total de 22 conciertos en Zaragoza y La Almunia de Doña Godina.
Este año, el festival no solo se distingue por su variado programa artístico, sino que también se une a un ambicioso proyecto europeo que amplía su impacto social.
El proyecto "1000+ Conciertos" tiene como objetivo llevar la música de cámara a más de 40,000 personas en toda Europa a través de más de 1,000 conciertos gratuitos en instituciones sociales, incluyendo hospitales, prisiones, centros de refugiados y escuelas para personas con discapacidad.
Durante los próximos cuatro años, más de 120 instituciones se beneficiarán de esta extraordinaria iniciativa, que busca integrar la música en la vida diaria de aquellos colectivos que normalmente no tendrían acceso a ella.
El impacto de este proyecto trasciende los conciertos en sí. Se trata de un modelo educativo que pretende transformar la percepción de la música clásica, acercándola a las personas y abriendo nuevas oportunidades para los jóvenes músicos que participan.
Esta metodología ha sido reconocida a nivel internacional, destacando el potencial de la música como un puente que puede contribuir a una sociedad más inclusiva.
En esta duodécima edición, el festival contará con la participación de seis jóvenes talentos y dos profesores destacados. Los jóvenes músicos, provenientes de diferentes países, trabajarán codo a codo con sus mentores: Yamei Yu, una reconocida violinista y profesora en la Universidad Robert-Schumann de Düsseldorf, y Mor Biron, fagotista y profesor en la Academia Barenboim-Said de Berlín.
Yamei Yu es conocida por su prestigio a nivel mundial, habiendo colaborado con artistas como Gidon Kremer y Yuri Bashmet. Por su parte, Mor Biron, exmiembro de la Filarmónica de Berlín, es aclamado por su trabajo en el ámbito de la música de cámara.
Los jóvenes músicos que tomarán parte en esta edición son Ruby Shirres (Australia, viola), Alba Urbano (España, violonchelo), Ángela Aguareles (España, violonchelo), Nuno Coroado (Portugal, contrabajo), Tomer Ornan (Israel, clarinete) y Laura Ferreira (Portugal, trompa).
Musethica se ha caracterizado por llevar la música clásica a lugares poco convencionales, y este año no será la excepción. Se ofrecerán 19 conciertos en centros sociales, así como 3 en espacios abiertos al público. Algunos de los lugares donde se llevarán a cabo estos conciertos incluyen el Centro Penitenciario de Zuera, el CEE Jean Piaget, hospitales, centros de mayores y colegios.
También habrá un concierto gratuito en el Rock & Blues Café el 18 de marzo y otro en el Aula Magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza el 21 de marzo, ambos con entrada libre mediante reserva de invitación.
El festival culminará con un concierto el 22 de marzo en la Sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza, marcando el cierre de esta duodécima edición.
Las entradas para este evento se pueden adquirir a un precio de 4 euros. Más información y entradas están disponibles en la página oficial del festival.
Desde su creación en 2012, Musethica ha llevado la música clásica a más de 159,000 personas en toda Europa, a través de más de 3,700 conciertos.
Su modelo educativo, que fusiona el talento joven con la experiencia internacional, ha demostrado su eficacia en lugares inesperados como prisiones, hospitales y centros sociales.
A través de su programa de inclusión social, Musethica no solo se enfoca en formar músicos técnicamente sobresalientes, sino que también los sensibiliza sobre el poder transformador de la música en la sociedad.
Este año, el festival reafirma su compromiso de democratizar la música clásica, acercándola a audiencias que no tienen acceso habitual y promoviendo un cambio social significativo a través de la cultura.
La combinación de educación, música y compromiso social hace de Musethica un proyecto singular que sigue creciendo y dejando una huella profunda en Europa.