El Ayuntamiento de Zaragoza continúa su proceso de saneamiento financiero, logrando una significativa disminución de su deuda y avanzando hacia la autonomía financiera, mientras que la deuda nacional sigue en aumento.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado pasos firmes en su estrategia para mejorar la salud financiera de la ciudad, logrando reducir considerablemente su deuda en los últimos años.
Según ha informado la consejera de Hacienda y Fondos Europeos, Blanca Solans, durante el primer trimestre de 2025 la deuda total de la capital aragonesa se ha reducido en 12 millones de euros en comparación con el mismo periodo del año anterior, acumulando una disminución de 45 millones en los últimos doce meses.
Esto representa un esfuerzo notable por parte del consistorio para estabilizar sus finanzas en un contexto en el que muchas administraciones públicas enfrentan incrementos en su carga financiera.
A cierre del primer trimestre de 2025, la deuda de Zaragoza se sitúa en 556 millones de euros. Este dato incluye la imputación contable del plan de amortización del tranvía, que asciende a 122 millones de euros y que, según las regulaciones del Banco de España, debe contabilizarse desde hace unos años.
Sin embargo, si excluimos este concepto, la deuda municipal sería de aproximadamente 434 millones de euros, lo que refleja un descenso importante respecto a años anteriores.
Desde el primer trimestre de 2024, cuando la deuda era de 601 millones de euros, la reducción alcanza los 45 millones, evidenciando una bajada del 7,5% en la carga financiera en tan solo un año.
La evolución positiva de las finanzas municipales se remonta a junio de 2019, cuando la deuda alcanzaba los 830 millones de euros, por lo que en ese período Zaragoza ha logrado disminuir su carga financiera en cerca de 274 millones, es decir, un 33%.
En comparación con los niveles de 2015 y 2016, cuando la deuda superó el mil millones de euros, la reducción actual refleja un avance sustancial en la gestión económica del Ayuntamiento.
Una de las métricas más relevantes es la reducción del esfuerzo financiero por habitante, que en el último año ha disminuido en 65 euros, llegando a un total de aproximadamente 56 euros por persona en Zaragoza.
Desde 2019, esta cifra ha bajado en 396 euros por habitante, lo que indica una mejoría significativa en la carga que soporta cada ciudadano.
Este proceso de saneamiento contrasta con la tendencia al alza que ha experimentado la deuda pública a nivel nacional. Mientras la deuda por habitante en Zaragoza ha disminuido un 33% desde 2019, la carga financiera de la Administración General del Estado ha aumentado un 31% en el mismo período.
En concreto, la deuda por contribuyente español se sitúa en alrededor de 30.810 euros, unos 7.340 euros más que en 2019.
El Gobierno de España destinó en 2024 más de 5.084 millones de euros, aproximadamente 4.97 mil millones de euros en moneda europea, a pagar intereses de la deuda pública, lo que equivale al presupuesto destinado a políticas sociales en Zaragoza durante casi 350 años.
En comparación, el Ayuntamiento de Zaragoza destinó en ese mismo año unos 30 millones de euros, es decir, un 3,6% de su presupuesto municipal, a afrontar los intereses de su deuda.
Mientras tanto, el Ayuntamiento continúa apostando por la inversión y la transformación urbana. En los últimos años, ha impulsado proyectos de gran impacto que estaban paralizados, como la renovación de La Nueva Romareda, la recuperación de las riberas del río Huerva, la creación de la Ciudad del Cine en la antigua fábrica de Giesa, la remodelación del Albergue Municipal y la mejora de avenidas, calles, plazas y zonas verdes en todos los barrios y distritos.
Gracias a estas políticas, Zaragoza ha alcanzado récords en varios aspectos financieros: cuenta con el mayor presupuesto municipal de su historia, mantiene la menor carga fiscal para sus habitantes y ha reducido al mínimo el porcentaje de deuda viva desde 1986.
Además, en 2024, el Ayuntamiento logró reducir su endeudamiento al 67,5% de los ingresos corrientes, por debajo del umbral del 75% que obliga a la tutela financiera por parte de la comunidad autónoma, marcando un hito en su autonomía financiera.
Desde 2013, los ayuntamientos en España que superan ese ratio están sujetos a supervisión autonómica para acceder a financiación a largo plazo. Sin embargo, Zaragoza ha logrado, en 2025, alcanzar esa autonomía financiera, un paso fundamental para su gestión futura y un ejemplo de buen gobierno en tiempos de incertidumbre económica.