La intervención arqueológica paralela a la reforma de la Plaza de San Miguel revela hallazgos que iluminan siglos de historia de Zaragoza, desde la época romana hasta la era islámica, sin afectar el calendario de obras.
El Ayuntamiento de Zaragoza mantiene en paralelo la campaña arqueológica vinculada a la reforma integral de la Plaza de San Miguel, con resultados que, pese a encontrarse en un estado de conservación irregular, ofrecen información relevante para entender el pasado de la ciudad.
Así lo ha indicado el jefe de la Sección de Arqueología Municipal, José Juan Domingo, quien desde octubre dirige estas tareas tras el impulso inicial de los sondeos realizados en el verano de 2024 para conocer el subsuelo de la propia plaza y del Coso, y para sustentar el proyecto de renovación que ahora se ejecuta.
Cuando comenzaron las obras en octubre, se realizaron, de manera coordinada, dos zanjas en la bandeja central de la plaza que no pudieron ejecutarse el año anterior por cuestiones de movilidad.
Todo ello se ha ido conjugando con el seguimiento de las zanjas para la sustitución de los servicios de agua y vertido, sin que ello afecte al ritmo de la reforma.
Entre los hallazgos, se han localizado restos del alcantarillado de finales del siglo XIX y principios del XX, así como suelos de época romana fechados en el último tercio del siglo I d.
C., y, de forma destacada, una zona de baldosas cerámicas de época islámica que correspondería al patio de una casa andalusí de la época taifa, en el siglo XI.
También se han documentado elementos de la estructura de la antigua fuente que decoraba la plaza en aquella etapa histórica.
El hallazgo más relevante hasta la fecha es una parte de la cimentación de un tramo de la muralla medieval de la ciudad, a la que se han adosado cimentaciones y bodegas de viviendas que cerraban la plaza por el sur.
Aunque estos restos aparecen muy deteriorados por los trazados de servicios y obras realizados en décadas pasadas, permiten confirmar la ausencia de una puerta en esta zona y ofrecen datos útiles sobre las técnicas de construcción y la distribución de la muralla.
A medida que la excavación avanza, el equipo afirma que los hallazgos siguen la línea de lo previsto y que existen sorpresas que podrían ampliar el mapa de la historia local.
En palabras de Domingo, la información obtenida se comparte de forma constante y en tiempo real con Patrimonio del Gobierno de Aragón para garantizar la protección patrimonial sin entorpecer el proyecto.
Supuestamente, y según estimaciones no confirmadas, la inversión total destinada a la remodelación de la plaza podría situarse en torno a 4,5 millones de euros, cifra que aún no ha sido oficializada y que se mantiene como una aproximación de las autoridades municipales.
Por otro lado, presuntamente la continuidad de las labores arqueológicas de cara a las siguientes fases de obra podría revelar vestigios aún más antiguos o indicar rutas de ocupación previas, lo que añadiría capas de valor histórico al proyecto.
En conjunto, los trabajos muestran que las capas urbanas de San Miguel son un archivo vivo que, a pesar de las perturbaciones modernas, conserva claves para comprender la evolución de Zaragoza a lo largo de los siglos, desde la Zaragoza romana hasta los trazados urbanísticos que hoy sostienen la ciudad.
Cabe señalar que estos hallazgos no condicionan la agenda de intervención de la plaza y que el plan de movilidad y las obras de urbanismo siguen su curso con la coordinación entre el Ayuntamiento y las áreas de Patrimonio y Obras para minimizar impactos a vecinos y comerciantes.
La Administración municipal subraya que la protección de vestigios queda integrada en el proyecto y que la documentación arqueológica se transmitirá a Patrimonio para su custodia y posible difusión educativa.
Si se confirmaran nuevos indicios en las próximas fases, podrían abrirse debates sobre posibles restauraciones o rehabilitaciones complementarias que amplíen el capítulo histórico de la plaza y de la propia ciudad, siempre bajo criterios de conservación y respeto al patrimonio visible y subterráneo.