El Ayuntamiento de Sevilla ha concluido los trabajos de recuperación del Monumento a la Tolerancia, obra emblemática de Eduardo Chillida, tras un proceso de conservación que respeta su concepción original. La intervención refuerza el compromiso de la ciudad con su patrimonio artístico y urbano.

En la ciudad de Sevilla, la Gerencia Municipal de Urbanismo ha finalizado recientemente la restauración del Monumento a la Tolerancia, una de las obras más reconocidas del escultor vasco Eduardo Chillida.

Situado en el Muelle de la Sal, junto al Puente de Triana, este monumento emblemático representa un símbolo de convivencia, respeto y diversidad, valores que la ciudad ha promovido desde su inauguración en 1992, coincidiendo con la celebración de la Expo Universal de ese año.

Este proceso de restauración, cuyo coste aproximado se sitúa en torno a 6000 euros (equivalentes a 6,800 dólares estadounidenses), buscó garantizar la conservación, estabilidad y puesta en valor de la escultura, respetando siempre los materiales y la visión artística de Chillida.

La intervención ha sido liderada por el restaurador José de León, quien lleva décadas dedicándose a la conservación del patrimonio contemporáneo en diferentes ciudades españolas.

La obra, que desde su instalación ha sido un punto de referencia para residentes y visitantes, se encontraba en un estado de deterioro debido a los efectos de las condiciones atmosféricas, el paso del tiempo y la contaminación.

Por ello, el Ayuntamiento decidió actuar, en línea con políticas municipales de protección y conservación del patrimonio cultural urbano.

Las tareas realizadas incluyeron una limpieza minuciosa mediante métodos mecánicos y químicos para eliminar depósitos superficiales y microorganismos que afectaban la superficie.

Se realizó además la eliminación de óxidos mediante técnicas específicas para preservar los elementos metálicos, seguido de un tratamiento pasivado que inhibe la corrosión.

En relación con los elementos de hormigón, se llevó a cabo la retirada de bordes deteriorados con mortero de cal grasa, se reintegraron las zonas dañadas con materiales compatibles y se aplicó un tratamiento hidrofugante para proteger la escultura frente a la humedad y agentes atmosféricos agresivos.

El soporte de la obra también fue reforzado, reparando posibles fisuras y consolidando las estructuras internas. Finalmente, se procedió al pintado y acabado superficial, con técnicas que aseguran la durabilidad y compatibilidad del mantenimiento con los materiales originales, siguiendo siempre criterios de conservación preventiva.

Este monumento, además de su valor artístico, simboliza la historia de Sevilla como ciudad abierta y plural, una tradición que se remonta a la época romana.

La obra fue concebida en un momento en que Chillida buscaba expresar conceptos universales a través de formas abstractas, y desde su instalación ha sido escenario de numerosos actos y celebraciones relacionados con la convivencia intercultural.

Con esta restauración, el Ayuntamiento reafirma su compromiso por mantener vivo el legado artístico contemporáneo, además de fortalecer el patrimonio urbano de Sevilla, una ciudad que combina su historia milenaria con una fuerte identidad moderna y cultural.

La intervención en el Monumento a la Tolerancia no solo devuelve a la escultura su esplendor original, sino que también envía un mensaje de respeto hacia las obras que representan los valores sociales que caracterizan a Sevilla y Andalucía en general.